Aunque las cifras para el mes de mayo ratificaron la tendencia descendente de de la inflación en Colombia, iniciada en abril, los alimentos siguen jalonando la tasa anual, afectando a los más pobres.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, señaló que en contraste con el ajuste a la baja en los precios de los alimentos, los rubros regulados de la canasta familiar aumentaron de precio.
“Estos aumentos se explican por los ajustes en la gasolina, indispensables para la sostenibilidad fiscal, tras un período largo en que estuvieron congelados, entre 2021 y el tercer trimestre de 2022”.
Villar afirmó que esta experiencia deja claro que no resulta conveniente tratar de combatir la inflación mediante el establecimiento de precios o tarifas que generan distorsiones sectoriales.
“Algo similar se vio con las tarifas de energía eléctrica, particularmente en la costa Atlántica, cuyos ajustes fueron diferidos en el pasado y hoy tienen que ser más fuertes si no se hubieran aplazados”.
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Villar expresó que la inflación se encuentra aún en niveles “inaceptablemente altos”, alejados del rango meta de 3% y que esta podría alcanzarse a finales de 2024.
Las expectativas de los analistas, según la encuesta que hizo el Banco de la República el pasado mes de mayo, muestran la inflación cayendo a 6,9% en un año y a 4,1% en dos años.
Sin embargo, el Emisor confía en que se llega más rápido al rango meta de 3% y que los analistas vayan ajustando sus expectativas a lo largo de año y medio.
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