El arancel del 50% a las importaciones de café brasileño que impuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de disputas comerciales y tensiones por subsidios agrícolas, es una oportunidad para los productores del grano de Colombia, entre ellos los de Norte de Santander.
Para Colombia, que mantiene una tarifa del 10%, la medida representa una ventaja arancelaria superior a US$1 por libra frente a su principal competidor. En términos prácticos, si una libra del grano nacional cuesta US$3,30, el tributo suma solo US$0,33, mientras que en el caso de Brasil el recargo se eleva a US$1,65.
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El decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Buenaventura, Julio Enrique Duarte, elaboró un informe, en el que plantea siete acciones clave para que productores y exportadores transformen esta coyuntura en contratos reales y mayores ingresos.
“El verdadero impacto de esta noticia no está en las toneladas exportadas, sino en la posibilidad de cambiar la vida de miles de familias cafeteras. Pero el reloj corre y debemos actuar ya”, afirmó.
Convertir la ventaja en negocio
- Alcanzar certificaciones de valor agregado. Cafés con sello orgánico, de comercio justo o con trazabilidad garantizada pueden venderse hasta 30% más caros. Una apuesta que cobra sentido frente al encarecimiento del café brasileño.
- Unirse en cooperativas. La atomización resta fuerza. Solo las organizaciones consolidadas tienen capacidad de negociar contratos directos y sostenibles en mercados como el estadounidense.
- Apostar por blends y por el origen único. El café de Brasil era la base de muchas mezclas. Con su encarecimiento, Colombia puede convertirse en el nuevo componente principal o, incluso, en un origen exclusivo respaldado por historias de finca y trazabilidad.
- Mejorar la logística. El comprador en EE. UU. paga por cumplimiento y confianza. Reducir demoras portuarias, garantizar entregas puntuales y mantener calidad constante es tan decisivo como el precio.
- Lograr una promoción internacional del grano más activa. La Federación Nacional de Cafeteros, ProColombia y el Gobierno deben liderar una ofensiva comercial con campañas digitales y presencia en ferias como la Specialty Coffee Expo.
- Acceder más rápido a financiamiento. Bancoldex, Finagro y las cooperativas financieras tienen que habilitar créditos ágiles para invertir en empaque, certificaciones y sistemas de trazabilidad.
- Apostar al impacto social. Si las exportaciones crecen, los ingresos de los caficultores podrían aumentar hasta 20%. Más allá del negocio, está en juego el bienestar de las familias rurales y la estabilidad de regiones cafeteras.
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El reloj corre
Julio Enrique Duarte manifestó que Colombia tiene frente a sí una oportunidad única e inédita: Brasil pierde competitividad y EE. UU. busca un proveedor confiable de café. Sin embargo, competidores como Vietnam, Etiopía y México ya mueven sus fichas para quedarse con ese espacio. Si el país no reacciona con rapidez y coordinación, la ventana se cerrará antes de lo previsto.
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Buenaventura destacó que la ventaja no será eterna. Añadió que convertirla en resultados dependerá menos del arancel y más de la capacidad de actuar con visión, disciplina y articulación entre Gobierno, productores y exportadores.
La coyuntura coincide con un repunte histórico de la producción local: en julio alcanzó una producción récord para ese mes, con 1.37 millones de sacos de 60 kilos, la cifra más alta en una década, según la Federación Nacional de Cafeteros.
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Esta dinámica llegó justo cuando el precio del café de la variedad arábica, en Nueva York, tuvo un alza abrupta: los contratos en la bolsa ICE subieron más del 30% en agosto, impulsados por la menor oferta brasileña y la presión del nuevo arancel estadounidense del 50%.
El dato
Estados Unidos es el principal comprador de café verde en el mundo. En 2024 importó más de US$6.320 millones, lo que equivale al 22,2% del comercio global de este producto, según la Agencia Alemana (GTAI).
La dependencia que tiene ese país norteamericano de América Latina es marcada, pues, cerca del 80% del grano que ingresó a su mercado provino de la región, con Brasil, como líder (35% de participación), y Colombia, en segundo lugar (27%), de acuerdo con el Departamento de Agricultura de EE. UU.
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