Ayer, entre los vecinos de avenida cero, entre calles 21 y 22 del barrio Ospina Pérez, solo había silencio, nadie se atrevía a hablar de lo que pasó la noche anterior. En una esquina, padre e hijo fueron víctimas de un ataque sicarial.
Sobre el pavimento todavía había rastros de sangre. “Lo que pude saber, porque ya me había encerrado en la casa, es que ellos dos estaban ahí –afuera de su vivienda-, cuando llegaron dos hombres y les dispararon”, expresó una de las moradoras de esa comunidad de la ciudadela Juan Atalaya.
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Eran alrededor de las 8:30 p.m., y la calma que se sentía a esa hora fue interrumpida por varios balazos. Segundos después, el llanto y la desesperación de una mujer alarmó a los residentes: acababan de atacar al latonero Jaime Eduardo Niño Márquez y su hijo Javier Niño Contreras.
“Llamen a una ambulancia”, gritaba ella a quienes se acercaron para ver lo que había ocurrido, mientras lloraba sobre el cuerpo de Niño Márquez, de 51 años.
La acción de dos pistoleros que se movilizaban en una moto y que sorprendieron a las víctimas fue letal, porque el latonero murió en el sitio debido a dos impactos en la cabeza y otro en el pecho.
Su hijo, de 33 años, resultó gravemente herido por un disparo en el tórax, por lo que de inmediato lo trasladaron a la sede de Imsalud del barrio Comuneros, luego remitido a otro centro médico.
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Hasta el lugar arribaron uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), quienes resguardaron la escena del crimen, para que, posteriormente, los peritos forenses de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hicieran las pesquisas y el levantamiento del cuerpo, para movilizarlo a las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal.
“Ellos conversaban en la calle. No sabemos por qué pasó esto”, dijo uno de los allegados, quien resaltó que los familiares se encontraban ayer en trámites en la Fiscalía General de la Nación, para la entrega de los restos de Jaime Eduardo.
Las autoridades investigan el hecho, para determinar las razones y los autores que planearon el ataque a bala al latonero y a su hijo.
Los habitantes de Ospina Pérez están preocupados por la situación de violencia, porque en los últimos dos meses se han registrado, por lo menos, tres asesinatos en ese barrio, dos de ellos en las calles 16 y 25 con avenida 5.
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