Por: Antonio Ríos López
Presidente de la Corporación para el Desarrollo Integral de Cúcuta y Norte de Santander, Pro Cúcuta
La construcción del Tren del Catatumbo se erige como uno de los grandes desafíos que tienen los próximos gobiernos para transformar la economía de Norte de Santander y generar paz en la región del Catatumbo.
Para que este megaproyecto sea exitoso, es fundamental garantizar la continuidad en su ejecución. Este sistema de transporte, caracterizado por ser rápido, seguro, económico y amigable con el medio ambiente, permitirá que la región se conecte de manera eficiente con el resto de Colombia.
Según los estudios de prefactibilidad ejecutados por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la extensión proyectada es de aproximadamente 248 a 258 km. Su punto de origen es el municipio de El Zulia y su destino es el municipio de La Gloria, en el departamento del Cesar, a orillas del río Magdalena. El costo de su construcción se estima entre $22 y $30 billones COP, dada la complejidad de la ingeniería requerida para cruzar la cordillera Oriental, lo cual demanda la construcción de puentes y túneles. La velocidad promedio proyectada del tren estará entre los 60 y 80 kilómetros por hora.

Importancia nacional e internacional del tren
El Tren del Catatumbo no es solo una obra regional, es una ruta logística segura y eficiente que conectará la región con el mar Caribe colombiano y el resto del país. Esto impactará directamente en la competitividad al reducir los costos de transporte y facilitar la inserción de la producción local en el comercio internacional.
La operación del tren estimulará a los empresarios a cambiar la mentalidad de ser meros comerciantes a incursionar en proyectos industriales, manufactureros y agroindustriales. Al tener menores costos logísticos, podrán transformar sus productos primarios, agregar valor a la producción y competir eficazmente en los mercados nacional e internacional.
Adicionalmente, el ramal de conexión con Puerto Santander facilitará el comercio con Venezuela en un eventual escenario democrático, libre y transparente. Históricamente, Norte de Santander ha sido el proveedor natural de ese país, favorecido por la cercanía geográfica y los lazos culturales y familiares que históricamente han impulsado el intercambio comercial.
Posibilidades de priorización en el actual Gobierno
Dada la actual etapa electoral, Pro Cúcuta no ve con optimismo que el actual gobierno logre abrir los procesos licitatorios para contratar la etapa de factibilidad, pues los tiempos son muy estrechos para la preparación de los pliegos de condiciones. No obstante, lo deseable es que se estuviera trabajando desde ahora en estas fases precontractuales, que suelen ser engorrosas y complicadas.
La sociedad civil espera que la clase parlamentaria que representa al departamento, actuando en bloque y con un objetivo común, acompañada por el gobernador, presione y exija al Ministerio del Transporte que la fase de factibilidad continúe su curso normal sin sufrir tropiezos.
En la etapa de prefactibilidad, algunas visiones prospectivas se pasaron por alto y por eso es importante que la fase de factibilidad se diseñe con una visión de futuro en los siguientes aspectos:
1. Revisión de la carga proyectada: los actuales volúmenes de carga anual de 2.2 millones de toneladas establecidos en la prefactibilidad se consideran subestimados. Si bien se proyecta una disminución en la producción de carbón, la demanda mundial de este mineral sigue siendo necesaria para atender la creciente necesidad energética global, especialmente en los países asiáticos.
2. Impacto de la carga adicional que puede generar el tren: los estudios de factibilidad deben reforzar el análisis sobre los impactos de carga adicional que generará la obra. Los inversionistas se sentirán motivados a iniciar nuevas alternativas de negocios para ampliar la producción con foco agroindustrial de palma de aceite, café, cacao, panela, yuca, maíz, maderables, ganadería silvopastoril y caucho, entre otros, gracias a los menores costos logísticos y de transporte.
3. Manufacturas e industria: el tren también deberá contemplar el transporte de los crecientes aumentos que se darán en los volúmenes de productos derivados de la arcilla, manufacturas (zapatos y bluyines), productos industriales y de la moda, renglones que se han consolidado como importantes generadores de empleo en la región y así afirmar de verdad que Cúcuta viste y calza a Colombia y al mundo.
4. Los hidrocarburos juegan con el tren: tampoco es descabellado pensar que, con las reservas de petróleo en la región del Catatumbo, estimadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos entre 200 y 1.700 millones de barriles con petróleo liviano se podría reactivar esta actividad para generar carga.
5. Estudio de fases: se recomienda que se plantee la alternativa de ejecutar la obra por fases, iniciando por el tramo menos complicado técnica y económicamente, comprendido entre El Zulia y Tibú. Esto facilitaría la conexión con la Troncal del Catatumbo, que está en construcción, para salir a la Ruta del Sol y llegar al puerto de Santa Marta.
6. A los pasajeros les gusta el tren: la factibilidad también debe evaluar el impacto que podría generar el tren en el transporte de pasajeros, teniendo en cuenta que el turismo de naturaleza atrae visitantes europeos que llegan al mar Caribe. Por tal motivo, se debe evaluar esa alternativa para visualizar que Norte de Santander conecte a esos turistas y mediante una adecuada promoción se incluya como una opción adicional de su visita, tal como se esta haciendo con la altillanura en los departamentos del Vichada, Putumayo y Amazonas.

Explorar alternativas con la banca multilateral y promocionar proyectos a los candidatos
Para este proyecto de gran envergadura financiera y técnica, se debiera acudir a la asesoría y el financiamiento del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
La presidencia de este banco multilateral por parte del samario Sergio Díaz-Granados podría facilitar el trabajo específico en el Tren del Catatumbo, aprovechando la vasta experiencia de la CAF en obras de alta ingeniería en infraestructura.
Por ahora, la otra misión que tenemos como región para el 2026, es vender a los candidatos presidenciales con más opción de salir elegidos, este proyecto y muchos otros que duermen hace varios años en los despachos oficiales de los ministerios en Bogotá.
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