¿Cuál es el mal que aqueja a Cúcuta y no permite ver otras oportunidades de desarrollo?
Los economistas Juan Daniel Oviedo y José Manuel Restrepo hablaron sobre cómo sacar adelante las economías local y nacional. Hay una actividad económica en Cúcuta que, en exceso, genera un daño.
Norte de Santander, con un empoderamiento de sus capacidades de planeación, tiene que buscar fortalecer su estructura en esos aspectos en los que tiene competitividad, como las manufacturas en cuero y calzado y en confecciones, y buscar la manera de utilizar su infraestructura aeroportuaria para las exportaciones.
Estos apuntes los hizo el economista y exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Juan Daniel Oviedo, a La Opinión, cuando se le preguntó sobre cómo hacer para que el departamento salga de ese nivel mediocre en el Índice Departamental de Competitividad (IDC), pues con un puntaje 4,80 sobre 10, ocupa el puesto 14.
El también concejal de Bogotá, que participó la semana pasada, en Cúcuta, en la segunda edición de ‘Foros para construir país’, indicó que la región debe analizar, además, la manera de fortalecer los encadenamientos agroindustriales.
Oviedo explicó, en ese punto, que, cuando se compara al departamento con su vecino Santander desde 1980, se ve cómo este último ha incrementado su participación dentro del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario del país, “mientras que Norte de Santander ha abandonado esa apuesta”.
“Esto quiere que la sobreexposición al comercio, a la compra para revender, que es el típico motivo de la actividad comercial en esta zona fronteriza, está llevando a que se ignoren otras oportunidades de desarrollo, como son la actividad agropecuaria encadenada con el sector industrial, por ejemplo, en la producción y fabricación de alimentos”, expresó el estadista.
Juan Daniel Oviedo afirmó que los actores de la región deben pensar en impulsar la vocación manufacturera.
Resaltó que la competitividad también se ve afectada por la imposibilidad de tener una cobertura efectiva de acceso a internet que permita la prestación de servicios apalancados en conocimiento, una oportunidad muy importante que han aprovechado Bucaramanga y Pereira.
El economista recalcó que Cúcuta necesita ser más que comercio, porque tiene una población joven que requiere oportunidades de empleo pertinentes y, para eso, debe avanzar rápidamente en la conformación de un ecosistema de oficios y habilidades que forme a todos esos trabajadores que no han sido escolarizados ni tienen formación técnica, tecnológica y universitaria.
“Se necesita una formación flexible en competencias específicas, que le ayude al sector empresarial a recomponer sus apuestas industriales y de prestación de servicios”, apuntó.
¿Cómo generar empleo formal?
A esta interrogante, Juan Daniel Oviedo respondió que se debe entender que el problema de la informalidad en Cúcuta tiene unas particularidades: los pequeños puestos de venta de pasteles de garbanzo en la calle, de chicles, de cigarrillos, de dulces y el mototaxismo, por lo que se requiere hacer una reflexión de cómo llegar a quienes desarrollan esas actividades económicas.
Así, según el experto, con el desarrollo de habilidades, estos informales puedan ser reincorporados a las vocaciones productivas que se quieren desarrollar hacia adelante, en el departamento.
Otro de los invitados en la jornada de conversatorios organizada por Propósito Colombia, con el apoyo de la Fundación El Cinco a las Cinco y la Cámara de Comercio de Cúcuta, fue el exministro de Hacienda y de Comercio, José Manuel Restrepo, quien manifestó que es imposible desde la centralización construir soluciones a problemas focalizados en las ciudades, como la informalidad.
“Es imposible dar un respuesta desde el centro a problemas de esa dimensión, porque los programas nacionales no descubren el impacto de ese problema. La informalidad se enfrenta al generar más incentivos para ser formal, lograr menos costos de ser formal, que depende, en parte, del Gobierno Nacional y también de los gobiernos locales; y tener información, que fue lo que hizo Juan Daniel Oviedo, con sus reportes de informalidad –en el DANE-”.
Subrayó que, hoy más que nunca, se necesita identificar un propósito como país, el cual se debe construir desde los territorios, puesto que la complejidad de los problemas necesita un abordaje desde ellos.
“Si no existe esa convicción del valor del territorio, no se va a cumplir el Plan Nacional de Desarrollo, porque es un país que no crece; con 0,6% -en el crecimiento de la economía- no vamos a ser capaces de generar la dinámica de empleo que requiere el país, no va a haber recaudo tributario que aguante y, sin recaudo tributario, no hay inversión”, expresó Restrepo.
El economista aseguró que lograr un impulso de Colombia solo desde el centro es inviable, destacando que cada alcalde o gobernador sabe cuáles son sus potencialidades y las estrategias que se deben implementar para aprovechar las oportunidades hacia afuera, de la mano de los actores privados, o sea, del productor y empresario local.
“¿Para quién es más fácil lograr ese escenario de inversión privada? Para los alcaldes y gobernadores”, sostuvo José Manuel Restrepo.
El exministro dijo que los problemas cada vez serán más desafiantes, entre estos, bajar la pobreza multidimensional, y van a requerir al actor local.
Actividades con más informalidad en Cúcuta
Expendios de comida (venta de pasteles en la calle, en su mayoría)
Peluquerías
Puesto móviles de comercio al por menor (venta de cigarros, café y otros comestibles)