Muy orgullosa se mostró María Anyul Quintero, de recibir en sus manos el título de abogada, que confirió la Universidad Libre, a su hija Eliana Lizeth Quintero, una universitaria cucuteña que lleva 15 años y 7 meses desaparecida.
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Sin embargo, la ceremonia se hizo como un grado póstumo, evento que se les hace a los estudiantes que ya cumplieron con su programa académico pero que lamentablemente fallecieron.
Es así, como María Anyul aclaró que siente en su corazón de madre que su hija aún vive, y que hasta no tener la certeza de su deceso, unos restos mortales para despedir, seguirá creyendo que está con vida en algún lugar del mundo.
“Mi hija no está muerta, ante nosotros está viva, sigue viva. Es nuestra esperanza. A veces pienso solo que está de viaje y que en cualquier momento llega. Hasta que yo no vea algo de ella que compruebe que murió, no puedo decir que está muerta”, dijo María Anyul, mientras sostenía una foto de Eliana en sus manos.
Por su parte, Débora Guerra Moreno, rectora de la Universidad Libre de Cúcuta, exaltó el recorrido académico que Eliana hizo años atrás, cuando soñaba con ser abogada para ayudar a las personas más vulnerables.
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“Es momento de honrar el trabajo realizado por ella, de dignificar su memoria. Desde donde esté Eliana, esperamos que esté feliz”, dijo la rectora, mientras su voz se quebraba y el llanto brotaba en los familiares presentes.
Eliana nunca veía obstáculos para estudiar, aunque a veces debía caminar de vuelta a casa, en promedio cuatro kilómetros (una hora), porque no tenía dinero para el pasaje, siempre su cara risueña y los sueños de ayudar a otros, la motivaron para seguir adelante.
“Financiábamos cada semestre en una cooperativa, gracias a unos amigos que nos servían de fiadores. Y así fue avanzando. A veces no dormía por estudiar hasta la madrugada o se iba a pie hasta la universidad. Ella tenía claro que quería ser una abogada”, dijo María Anyul.
Y pese a que Eliana ya había terminado materias y estaba a pocos meses de recibir su título profesional, cuando el 3 de enero de 2007, desapareció al salir de su vivienda ubicada en pleno centro de Cúcuta, hasta ahora sus familiares lograron recibir el grado póstumo.
Precisamente, fue gracias a la gestión realizada por la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, a la Asociación de Familiares Detenidos Desaparecidos (ASFADDES), la Fundación Progresar y la Universidad Libre, que se logró esta ceremonia de grado.
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Martha Ramón, representante de la Fundación Progresar, recordó en medio del evento, las palabras que Eliana repetía como propósito en cada semestre para seguir estudiando:
“Yo continúo, no me rendiré, creo en mí y en mis posibilidades”.
Asimismo, señaló que seguirán el acompañamiento en el hogar de Eliana, donde actualmente reside su mamá María Anyul y su hermano Jhan Carlos Quintero, quienes decidieron no cambiarse de predio, pese a vivir en arriendo, con el único anhelo de esperar el regreso de su ser más preciado.
Se cumplió el sueño de doña Gilma
Gilma Torrado era la abuela materna y una segunda mamá para Eliana, quien estuvo a la espera no solo de ver a su nieta volver a casa, sino de que la universidad les entregara este título.
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Sin embargo, doña Gilma murió el 24 de febrero de este 2022, por afecciones de salud y no pudo ver realizados estos dos sueños.
“Ahora que está mi mamá en el cielo, se cumplió ese deseo, de que nos dieran el grado. Lo hicimos mi viejita y pronto veremos a Eliana volver a casa para entregarle el título en sus manos”, dijo María Anyul.
A su vez, indicó que el título profesional será colgado en la sala de la casa junto a las fotografías de su hija y de doña Gilma, hasta que pueda dárselo en persona.
Además, destacó que todo en su cuarto sigue intacto, tal y como lo dejó Eliana al salir aquella tarde del 3 de enero de 2007, para que cuando regrese pueda sentirse feliz en su hogar.
Con la fe intacta
Hasta el momento no hay ni una sola pista nueva que indique el paradero de Eliana, no hay avance alguno de esta investigación, que permanece abierta para las autoridades, pero sus familiares, no se cansan de esperar algún dato que confirme que sigue viva.
“Mi hermana era mi compañera de vida, la que me apoyaba, me respaldaba, la que me pegaba, la que quería que estudiara. Recuerdo que esa noche salí con unos amigos y llegué en la madrugada al día siguiente, cuando ví a mi mamá y mi abuelita angustiadas, me dijeron: ¿su hermana estaba con usted?, yo les dije que no”, relató Jhan Carlos Quintero Torrado, hermano menor de Eliana.
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Ese fue el inicio del tormentoso camino por el que siguen transitando los familiares de Eliana, la zozobra no ha terminado.
El celular apagado y sin nadie saber su ubicación, fueron pasando los años y aún no se conoce qué le pasó a esta joven. ¿Le hicieron algo? ¿Está viva? ¿Dónde está? Estas preguntas siguen rondando en la cabeza de sus seres queridos.
“Todavía la ilusión está viva. Uno de hermano siente la vibra, y yo la siento viva, sé que no está muerta. Esté donde esté siempre seguirá en mi corazón. Esperamos con gran esperanza que vuelva, por eso no nos hemos ido de la casa donde la vimos por última vez. La amamos y la seguimos esperando”, agregó Jhan Carlos.
Fotos y video: Jorge Gutiérrez - La Opinión
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