Ante el temor de quedar en medio del fuego cruzado y las amenazas directas por parte de los grupos armados, muchas personas decidieron limitar su movilidad y adoptar ciertas medidas de protección que pusieron en riesgo su integridad.
“Esta circunstancia tuvo múltiples efectos sobre la población civil, ya que impidió su acceso a necesidades básicas de supervivencia, como alimentos y servicios de salud. En algunos casos, supuso un deterioro en las condiciones de salud físicas y mentales. También afectó de manera drástica el acceso seguro al agua y el saneamiento básico, lo cual aumentó su vulnerabilidad”, señala el CICR.
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En el balance se agrega que el desplazamiento continuó siendo otra de las principales consecuencias de los conflictos armados en el país. “41.228 personas se vieron obligadas a desplazarse masivamente, mientras que 117.697 personas fueron incluidas en el Registro Único de Víctimas por desplazamientos individuales”.
Norte, entre las regiones con más desapariciones
Si bien 2024 fue un año en el que los indicadores mejoraron en Norte de Santander en materia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario, el CICR alertó que esta región del país se ubicó en el quinto lugar con más casos documentados de desaparición por cuenta del conflicto armado.
Thais Rana, jefa de la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja en Cúcuta, dijo que en el balance humanitario del año pasado se vio un incremento del 13% en hechos de desaparición y que tres de los siete departamentos más afectados están en el Nororiente colombiano.

“Esto nos preocupa, además de lo que se presentó en 2024, que fue una estigmatización de la población, en medio de la disputa por el control social del territorio. Con esto hay consecuencias humanitarias”, dijo.
El CICR no entregó las cifras discriminadas por región, al considerar que estos son apenas los hechos que documenta el organismo y que podrían ser un subregistro frente a la dimensión que representa este flagelo en el departamento y el país.
La delegada en Norte de Santander recalcó que aunque en 2024 hubo una mejora en las cifras de acciones en contra de la población civil, el 2025 ha representado todo lo contrario para las comunidades del Catatumbo, pues lo que hay es una agudización del conflicto.
De ahí que el Comité Internacional de la Cruz Roja actualizará el informe a mediados de este año, teniendo en cuenta las graves violaciones a los derechos humanos que se han presentado en estos primeros meses en la región.
Al respecto, Patrick Hamilton, jefe de la Delegación del CICR en Colombia, reconoció que lo que preocupa es que el panorama para este año en materia humanitaria no es nada alentador.
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