Los torrenciales aguaceros que se registran en la región, acompañados de ráfagas de viento, llevaron al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres a decretar la prórroga de la calamidad pública en Ocaña, con el propósito de enfrentar la variabilidad climática que ha dejado múltiples emergencias en el casco urbano y en la zona rural.
La medida permitirá realizar traslados presupuestales y canalizar recursos para atender a las familias damnificadas, así como ejecutar obras prioritarias de mitigación. “Estamos coordinando con los organismos de socorro y las autoridades ambientales la poda y tala de árboles que representen peligro en parques, avenidas, zonas verdes y sectores periféricos de la ciudad”, señaló Gustavo Paba Navarro, director de la dependencia.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) pronosticó que las intensas lluvias se mantendrán en la región durante los próximos meses, incluso hasta diciembre, lo que mantiene en alerta a las autoridades. Según cifras oficiales, en lo corrido del año cerca de 250 familias han resultado afectadas por la ola invernal.
Para mitigar el impacto de la temporada de lluvias, el municipio ha activado un plan de contingencia que contempla acciones específicas con el acompañamiento de todas las instituciones. Se han activado alarmas en zonas de alto riesgo y se realizan monitoreos constantes en quebradas, ríos y laderas para prevenir deslizamientos de tierra, desbordamientos y otras emergencias.
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Los primeros eventos graves se registraron con vientos huracanados que destechaban viviendas y derribaban árboles en el sector de La Primavera, dejando a varias familias afectadas. Adicionalmente, se ha reportado un incremento en enfermedades respiratorias, especialmente en niños y adultos mayores, debido a los cambios bruscos de temperatura.