Por: Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com
Todas las fuerzas vivas de la ciudad estuvieron, como se dice en el argot periodístico, de plácemes por la presencia de los distinguidos participantes al Congreso, hecho que se muestra en la siguiente proposición del Concejo Municipal: “…registra este Concejo con especial satisfacción la presencia en Cúcuta del infatigable apóstol del civismo, don Ricardo Olano, cuya obra en pro del mejoramiento espiritual y material de Colombia ha alcanzado tan vastas proyecciones. Hace igualmente el Cabildo de la Capital del Norte de Santander los más fervientes votos porque las labores de este Congreso se traduzcan en hechos concretos de beneficio general”.
Y la verdad sea dicha respecto del papel que cumplieron estas entidades en el pasado. Fueron el verdadero motor que impulsó el desarrollo local y regional en muchas de las localidades del país. Por estas y otras varias razones, las conclusiones que fueron expuestas una vez concluyó el Congreso pueden verse en algunos mensajes publicados en los principales medios, como el que se lee a continuación: “… el desarrollo de estos organismos de civismo y espíritu público contribuirá a formar hasta en los más apartados caseríos, una conciencia colectiva a favor del mejoramiento de las poblaciones, de la cooperación de todos los factores sociales, económicos y políticos para lograr elevados fines de beneficio común vigorizará intensamente el patriotismo y abrirá amplios horizontes a la acción en beneficio del engrandecimiento nacional. Que en cada localidad e Colombia haya una Sociedad de Mejoras Públicas que aporte iniciativas, actividades y esfuerzos de todo orden en pro del progreso material, moral y cultural de la
s poblaciones. He ahí el propósito nobilísimo y trascendental. Con este sólo que logre poner en marcha eficazmente el Congreso actualmente reunido en esta capital, habrá realizado una gran labor, de inmensas proyecciones para el porvenir espléndido de Colombia”.
A finales de 1940, cuando se cumplieron las reuniones del IV Congreso Nacional de las Sociedades de Mejoras públicas del país, varias fueron las actividades que se desencadenaron, para demostrarles a sus participantes el empuje y la determinación del pueblo cucuteño. Tal vez la más importante de éstas fueron los homenajes de agradecimiento que se les hizo a los esposos Soto – Meoz por sus grandes contribuciones filantrópicas a la ciudad, pero adicionalmente se aprovechó la oportunidad para llevar a cabo una serie de actividades que estuvieron esperando el momento propicio.
Empezaremos por reseñar la apertura del Dispensario Antituberculoso, una de las magníficas obras construida merced a la generosidad inagotable de los esposos Soto Meoz, cuya labor patriótica y humanitaria ha sido reconocida y alabada justicieramente. Este Dispensario es un estupendo edificio construido siguiendo las estrictas normas de la época, para llenar una de las más sentidas necesidades en defensa de la salud del pueblo. Ubicado, según lo exigían las medidas sanitarias, en un lugar relativamente alejado de los lugares de concentración humana. En la barriada conocida hoy como la Loma de Bolívar, permaneció en funcionamiento hasta comienzos del siglo XXI, cuando fue clausurado, ante la ineficacia que mostraron las instituciones de salud locales para adaptarlo a las necesidades y condiciones de funcionamiento actuales.
Otra de las obras que esperaron por la presencia de los delegados al IV Congreso de las SMP, fue la sala de cirugía del Hospital San Juan de Dios.
Para el efecto, el presidente del Colegio Médico de la ciudad, el doctor Miguel Isaza Restrepo, comunicó al Presidente de la Junta Directiva del Hospital, el gobernador Darío Hernández Bautista, que se había programado para el día jueves 5 de diciembre, a las 11 de la mañana, la inauguración de la moderna sala de cirugía.
El gobernador, en su condición de Presidente de la Junta Directiva del Hospital, le comunicó que aceptaba gustosamente la invitación. En el día y la hora fijados, se hicieron presentes, en compañía del gobernador, el primer vicepresidente del Congreso de Mejoras Públicas, el presbítero Camilo Villegas Ángel y el delegado Elías Uribe Uribe, ambos de la delegación de Antioquia, el médico Rodolfo A. Luzardo y otros concurrentes. El director del Hospital, mostró y explicó las características de los nuevos equipos exponiendo sus beneficios a favor de su salud de los pacientes y el adelanto que constituía para la región, estos equipos de última tecnología.
Para conocimiento de los asistentes hizo un breve recuento de la evolución que había sufrido el hospital desde su construcción ordenada por don Manuel Antonio Fernández de Novoa, por mandato testamentario en 1788. Obtenida la licencia para su construcción en febrero de 1790, rápidamente obtuvo el título de Hospital Real aceptado por el rey Carlos IV en el año de 1796 y finalmente concluido de manera definitiva en 1801, cuando asumieron su dirección los religiosos de la comunidad de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. Desde sus inicios, los promotores y los administradores tuvieron claro que debían proveer a la institución de las rentas necesarias para su mantenimiento, razón por la cual, sus servicios no tuvieron mayores dificultades en ser ofrecidos.
Y vino el terremoto y su consiguiente destrucción. El municipio asumió su restauración conforme a las reglas higiénicas que la ciencia recomendaba y de acuerdo con el plano arquitectónico levantado por el ingeniero Manuel Serrano. Desde entonces, el edificio se erigió frente al costado oriental del parque de la Victoria (Parque Colón) y la iglesia de San Juan de Dios, que anteriormente estaba en la esquina norte de esa cuadra, fue trasladada a la esquina sur, opuesta y llamada desde entonces, Capilla de Nuestra Señora del Carmen continuando con la sagrada misión que le fue encomendada. Cada día y a medida que el tiempo avanza y la ciencia y tecnologías médicas presentan nuevos aportes, las directivas del centro médico han estado prestas a actualizarse, como es el ejemplo que se tiene en este momento al presentar a la comunidad cucuteña, esta novedosa sala de cirugía.
No hubo más celebración pues el público asistente se trasladó a las instalaciones del Congreso de Mejoras Públicas a continuar con sus sesiones.