Los amigos y amigas con los que bailó Fabián Orlando Omaña Parra, de 24 años, y se bebió unas cervezas en un estanco de Ospina Pérez, en la calle 25 con avenida 5, no se imaginaron que serían las últimas horas en las que lo verían con vida, en la noche del pasado sábado.
Lo mismo le sucedió al grupo de hinchas del Cúcuta Deportivo del que hacía parte el joven y con el cual se reunió en horas de la tarde de ese día, en la calle 23 del mismo barrio, como lo solía hacer regularmente.
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Eran las 11:05 de la noche del sábado, cuando un sicario asesinó a Omaña Parra en las afueras de un supermercado, frente al expendio de licor donde un poco antes había departido. “Sonó un tiro, luego sonaron dos más”, dijo una vecina del sector.
‘Parrita’, como le decían sus amigos, quedó tendido sobre la acera boca abajo, mientras alrededor de él se hacía un charco de sangre. De inmediato lo trasladaron al Policlínico de Atalaya, pero el personal médico no pudo hacer nada, porque llegó sin signos vitales, por los impactos que recibió a la altura de la cabeza.
Por la espalda
Este medio conversó con el padre de la víctima, Fredy Orlando Omaña Ramírez, quien afirmó que las imágenes captadas por las videocámaras del sector, a las que tuvo acceso, evidencian que el muchacho fue atacado por la espalda, luego de haber salido de un pool situado cerca del lugar.
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“El sicario no le dijo nada, solo se le acercó y le disparó. Luego huyó en una moto. El error de él fue meterse al pool. No sé qué pasaría adentro, si tuvo problemas con alguien, ahí pasó algo. No me explico por qué me le quitaron la vida”, afirmó Omaña Ramírez.
‘Parrita’ era el mayor de dos hijos y acompañaba a su padre, otro hincha fiel del Cúcuta, a todos los partidos de su amado club. Además, trabajaban juntos en un autolavado, según el familiar de la víctima.
“Él era muy juicioso, pero también de andar en la calle. No se sabe si son las malas juntas o si se acercó a personas que no debía. Ahí están las consecuencias. Lo que está pasando ahorita en Cúcuta es increíble, es terrible. Hoy fue a mí, quién será mañana, Dios no quiera. Me le quitaron la vida, no sé por qué”, lamentó el padre de Fabián Orlando.
Fredy Orlando Omaña manifestó que su hijo no tenía enemigos, pero a él le gustaba estar gran parte del tiempo fuera de casa y reunirse con sus amigos.
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“Él era enfermo de estar en la calle. Yo todos los días le decía: ‘hijo, no salga, mire lo que está pasando, muchas cosas peligrosas, van y lo joden a usted por joder a otros’. Pero nunca hizo caso; y eso le pasó, digo yo, por no hacer caso. Uno tiene que hacerle caso a los papás”, destacó el doliente.
Ayer, mientras el progenitor vivía este momento amargo y tramitaba la entrega del cuerpo de su muchacho ante el Instituto de Medicina Legal, la madre de ‘Parrita’ venía en camino desde Perú, en donde labora.
“Le pido a las autoridades que me colaboren, que me ayuden a investigar qué fue lo que pasó con mi hijo, ¿por qué me lo mataron? Quiero saber qué fue lo que pasó, porque mi hijo no estaba vinculado a bandas ni nada. Y si uno llega a saber que hubo algo malo de parte de él, tener claro que lamentablemente se lo ganó”, recalcó el progenitor.
Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) acudieron minutos después del crimen para recabar datos del ataque sicarial. La Seccional de Investigaciones Criminales (Sijín) comenzó las indagaciones para determinar las causas y los autores del asesinato.
Los peritos forenses detectaron en el cadáver dos orificios de bala en la región frontal y dos en el hombro izquierdo.
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