Para la familia de Niray Emmanuel Malagón Álvarez hay incertidumbre, miedo y desconsuelo, ellos no saben si su ser querido sigue con vida después de ser secuestrado en julio de 2022, en los límites entre los barrios Antonia Santos y la parte baja de Palmeras.
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La familia del hombre, de 34 años, no ha recibido una sola prueba de supervivencia, solamente los han llamado una vez desde una línea de WhatsApp que tenía como foto de perfil una imagen del guerrillero ‘Che Guevera’.
En esa corta llamada les pidieron $50 millones para liberar a Malagón Álvarez, pero nunca volvieron a comunicarse con ellos para decirles cómo entregar esa ‘millonada’, por lo que la familia ha perdido poco a poco la esperanza de que él siga con vida.
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“A nosotros las autoridades nos dijeron que esa llamada provenía de la cárcel. Es triste que Niray cumpliera los 34 años en cautiverio, el 31 de julio. Nosotros no tuvimos ganas de celebrar nada, queremos que agilicen la búsqueda”, indicó una tía.
Y añadió que el hombre trabajaba en una aplicación de transporte, tenía un carro Chevrolet Spark, azul, de placa venezolana AAB36KA. Prestaba su servicio como conductor en viajes hacia otros municipios de Norte de Santander.
Así se dio el secuestro
Malagón Álvarez salió el sábado 23 de julio, junto con su pareja sentimental, con destino hacia la vivienda de unos familiares de ella, quienes vivían en la parte baja del barrio Palmeras.
Una vez llegaron a la calle 23 con avenida 49, a las 5:00 de la tarde, y Niray Emmanuel iba a parquear su carro, tres hombres se le acercaron y le pidieron que se bajara del vehículo, a la vez que lo insultaban e intimidaban con armas.
Se conoció que eran cuatro delincuentes, quienes estaban en un taxi que llevaban varios minutos parqueados en el sector. Tres de los hombres se bajaron del vehículo, mientras el otro se quedó esperando en el carro de servicio público a que sus cómplices intimidaran a la víctima y se la llevaran.
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Malagón Álvarez se encerró en su carro por unos minutos, mientras los delincuentes lo insultaban y lo intimidaban con sus armas para que se bajara, segundos después la víctima se bajó lentamente, con las manos arriba y diciéndoles que no le hicieran nada, pues él solo era conductor de una aplicación de transporte.
En ese momento uno de los desconocidos le propinó varios cachazos en la cabeza y lo obligó a montarse en el asiento trasero del Spark, a la vez que uno de sus cómplices encendió ese carro y se fueron con rumbo desconocido.
“El taxi en el que iban los tipos se fue atrás del carro de Niray, así fue como se lo llevaron y nadie supo hacia donde, solo que encontraron el carro tirado en el Anillo Vial Occidental”, aseguró la mujer.
El vehículo lo encontró la Policía en la entrada de la vía que comunica la urbanización Cormoranes con el Anillo Vial Occidental, al día siguiente, pero ni un solo rastro sobre el paradero de Niray Emmanuel.
Una sospecha
Para los familiares hay una sospecha en la entonces novia de Malagón, pues en el momento del secuestro ella se bajó segundos antes que los secuestradores se acercaran al carro.
Además, según la familiar, cuando ellos fueron hacia la casa donde vivían los allegados de la mujer para preguntarles donde estaba ella, algunos vecinos les dijeron que ellos se habían mudado, aumentando la incertidumbre.
“Nosotros solo sabemos que no es del país, uno como ve que los muchachos llegan con novias y no se investiga ni se pregunta nada”, comentó la allegada.
El reclamo a las autoridades
La familia radicó un oficio a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) el 20 de octubre de 2022, pidiendo una copia del libro de población de la estación de Policía que atendió el caso, pues a ellos les han dicho que ningún uniformado arribó al sitio luego de conocerse el secuestro.
“Pasamos una carta porque dos policías llegaron al sitio, porque la gente los llamó y supuestamente debieron hacer un apunte en el libro, pasamos un derecho de petición y ahora nos dicen que ningún cuadrante llegó al sitio…”, aseguró la tía.
También denunciaron que el caso no ha sido informado a la Fiscalía, por lo que les piden respuestas a las autoridades sobre su actuación frente a este caso.
“Me dieron un número después de estar desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, que llamara para ver si el informe del secuestro había quedado ingresado en asignaciones y la doctora no contesta ni lee los mensajes”, añadió la mujer.
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