El dolor de los familiares de Luz Marina Uribe Arévalo se hace cada vez más intenso. El pasar de los días sin poder darle el último adiós a su ser querido, que murió en un accidente de tránsito, complementa una experiencia “desgarradora”, como ellos mismos la describen.
Uribe, de 26 años, fue víctima de un carro fantasma que la atropelló cuando ella se movilizaba en una motocicleta, junto con un hombre, en la vía que conduce hacia Versalles, zona rural de Tibú.
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El hecho ocurrió el pasado 18 de enero, cuando la víctima salió de su casa con el objetivo de comprar maíz para darles alimento a los pollos que estaba criando en su casa.
La mujer aprovechó que un motociclista iba pasando por este sector para pedirle que la llevara hasta el lugar donde venden el maíz, a lo que él accedió.
Cuando la pareja alcanzó a transitar algunos metros, un carro que se movilizaba a alta velocidad golpeó la motocicleta y generó que los dos salieran expulsados de la moto, causándole graves heridas en el cuerpo a Luz Marina.
Aunque ella fue trasladada al hospital de Tibú, finalmente murió. Del conductor de la moto se conoció que también tuvo que ser intervenido en el centro médico.
Las complicaciones
Una hermana de Luz Marina Uribe aseguró que, a pesar de reconocer a su familiar y de tramitar la orden para reclamar el cadáver y darle el último adiós, el Instituto de Medicina Legal se ha negado a entregarlo, argumentando que necesita validar una prueba de ADN para verificar que se trate de su hermana.
“Mi hermana sacó la cédula en una jornada de entrega y por eso hemos tenido problemas. La carta dental que nos exigen acá no la tenemos, porque eso es costoso y no se le pudo hacer. Mi hermana quedó con su rostro completo, ni para decir que está irreconocible. Me hicieron una prueba de ADN y ahora me dicen que debo esperar seis meses. Eso es una tortura”, dijo la familiar de la víctima.
La mujer le insistió a Medicina Legal que le entregue el cuerpo de su ser querido para poder llevarlo a Venezuela, de donde era oriunda, para despedir a Luz Marina y así poder darle cristiana sepultura.
“Mi mamá está destrozada con todo lo que pasó y esto nos hace todo más difícil. Queremos tener el cuerpo de mi hermana para que pueda descansar en paz. Yo llevo diez días esperando que me den una solución”, dijo la familiar.
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