En una de las calles de la vereda El Pórtico, en la zona rural de Cúcuta, César José Grateron Fuentes no tuvo escapatoria. Fue víctima de un violento crimen, inspirado en el odio que selló su muerte en un hecho que ha dejado sin palabras a sus allegados.
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Horas después del crimen, los padres de este hombre, de 32 años, siguen consternados por lo sucedido. Su papá, estoico, miraba pasar los vehículos por una de las vías principales de la vereda.
Aunque en el exterior no se le viera tan afectado, la realidad fue cruel con él, pues ayer estaba regresando a Cúcuta luego de pasar un par de días afuera, disfrutando de sus vacaciones.
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“Apenas llegué a la ciudad me sonó el teléfono, uno nunca espera recibir ese tipo de noticias”, contó el progenitor, cuyos oídos recibieron el devastador mensaje: “mataron a César José”, le dijeron a través de la línea telefónica.
En tanto, en la tarde de ese fatídico lunes festivo, 8 de diciembre, amigos y familiares de la víctima lloraban alrededor de la escena sin poder creerlo, todos “sin palabras”, como ellos mismos declararon.
La mamá de César, al parecer, fue la más afectada. Según cuentan otros familiares está destrozada, no quería hablar con nadie, pues este macabro asesinato la convirtió en un mar de lágrimas.
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El violento ataque
Fue sobre las cinco de la tarde que César José estaba en una vivienda ubicada en una de las últimas calles de El Pórtico. Mientras permanecía en el porche, un desconocido en moto llegó con una misión clara.
Su única intención era acabar con César José e hizo de todo para asegurarse de que eso pasara, pues, tras identificarlo, desenfundó un arma de fuego y le disparó, fueron más de dos decenas de impactos de bala los que recibió el cuerpo de la víctima.
Un hecho claro de sevicia, que acabó con esa vida en el acto y no dejó lugar a dudas. Mientras el responsable se montaba en su moto y escapaba a toda velocidad hacia un rumbo desconocido, algunos vecinos se asomaron para ver la huida, pero no hubo nada que pudieran hacer.
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Las autoridades llegaron al sitio para atender la situación e iniciar la investigación de este caso que estalló en El Pórtico, como una bomba. “Aquí apenas pasa algo, todos se enteran, lo que no sabemos es por qué”, relató a este medio una familiar con los ojos encharcados.
César era reconocido en el sector pues llevaba más de 10 años viviendo allí. Fue para 2012 que su familia llegó a El Pórtico, tras la separación de sus padres en un lote en el cual lograron edificar una vivienda.
En su vida laboró como comerciante independiente, lo que también lo hizo conocido en distintos barrios de Cúcuta, donde expresaron su luto por el homicidio.
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Antecedentes
César ya había pasado por prisión una vez, pues en mayo de 2018 fue capturado por los delitos de concierto para delinquir, porte de estupefacientes y porte ilegal de armas. Las autoridades además señalaron que era integrante de una banda delincuencial denominada Los Copetes.
Esta banda se caracterizaba por operar en los barrios de Guaimaralito y Carlos Ramírez Paris, de una forma característica, pues escondían las sustancias en los árboles, debajo de las piedras y entre las mallas de canchas de fútbol, para no levantar sospechas, generando hasta cuatro millones de pesos diarios en su momento.
El operativo fue posible gracias a la infiltración de un policía, que llevó a la captura de 12 hombres y una mujer, entre esos César, quien cayó finalmente en el barrio El Escobal.
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