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Históricos
Monumentos: Palacio departamental
Lo interesante de este monumento es la historia de sus inicios, recién creado el nuevo Departamento, la que se constituyó en toda una aventura que finalmente logró su objetivo a comienzos del año 1914.
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La opinión
La Opinión
Sábado, 22 de Noviembre de 2025

Otro de los monumentos más reconocidos de la ciudad es el Palacio de Gobierno Departamental, conocido popularmente como el Palacio de la Cúpula Chata. Lo interesante de este monumento es la historia de sus inicios, recién creado el nuevo Departamento, la que se constituyó en toda una aventura que finalmente logró su objetivo a comienzos del año 1914.

En julio de 1910, cuando empezó la nueva entidad administrativa que se llamó Departamento de Norte de Santander, se presentaron los primeros tropiezos, iniciando por la selección del lote para la construcción de la edificación de la que sería la sede de su gobierno, obra indispensable para su posterior desarrollo.

Fue el doctor Francisco Sorzano, gobernador del extinto Departamento de Cúcuta quien logró la aprobación de la Ley 8 de septiembre de 2011, por la cual la Nación le cedía al ahora Departamento de Norte de Santander, el lote contiguo a la Aduana, ubicado en ese entonces, en la calle 10 entre avenidas 6 y 7, en el sitio donde hoy se levanta el centro comercial El Oití.

No obstante, aquí solo comenzaron los problemas pues la Ley en mención fue objetada por el presidente Carlos E. Restrepo por supuesta inconstitucionalidad, objeción que luego fue declarada nula por el Congreso y en definitiva tuvo que intervenir la Corte Suprema de esos días, que luego del análisis de la consulta, la declaró exequible.

Sin embargo, el mencionado lote no satisfizo las aspiraciones del gobernador Víctor Julio Cote Bautista ni las de los dirigentes nortesantandereanos y tampoco los de la prensa local, motivo por el cual, intervino la Asamblea Departamental que en 1913 autorizó al gobernador para vender el lote adjudicado y comprar otro al municipio de Cúcuta; una modesta casa en la acera sur del Parque Santander, vecina a las dependencias donde funcionaba la alcaldía.

En la Ordenanza de autorización de compra-venta, la número 13 de ese año, también se contemplaba la autorización de construir allí el edificio de la Gobernación, dejándole al municipio, a perpetuidad, un tramo para sus oficinas.

Esta alternativa tampoco progresó, pues al ser puesta a consideración del Concejo, los concejales enviaron al gobernador una contrapropuesta que contemplaba varias exigencias, siendo la más onerosa la que proponía que al quedar terminado el Palacio, el Municipio como copropietario y mayor aportante, tendría derecho a escoger la mejor parte del edificio.

Tal planteamiento, remitido a la oficina del gobernador Rafael Valencia, fue considerado inaceptable y determinó, entonces adquirir el inmueble de propiedad de la familia Bocaranda, una vetusta casa ubicada en la esquina sur de la avenida quinta entre calles trece y catorce, pues las oficinas del tren gubernamental funcionaban una cuadra más al norte, donde hoy está el parqueadero de la Gobernación, inmueble entonces de propiedad del señor Francisco Hernández que más tarde fue adquirido por el gobierno departamental.

Después de todas estas peripecias y del loable empeño del gobernador Cote Bautista por iniciar los trabajos de edificación del Palacio gubernamental, este honor le correspondió a su sucesor, el también pamplonés, general Rafael Valencia, que según se lee en una placa de mármol incrustada en el segundo piso, hacia el lado de la cúpula dice: “Esta obra fue iniciada el 26 de enero de 1914, bajo la administración del Gral. Rafael Valencia, y proseguida e inaugurada durante la del señor don Luis Febres Cordero. Marzo de 1919”.

En un principio, cuando se aprobó la cesión del lote de la calle 10, por parte de la Nación, la gobernación lanzó un concurso para la construcción de su edificio, siendo éste obtenido por el ingeniero Guamerios, ganador del primer puesto.

Empero, debido al cambio de locación, el gobernador Valencia descartó los planos que habían sido aprobados en el pasado y le confió la elaboración de los nuevos, al ingeniero ocañero Marco Aurelio Gómez Duque, quien se desempeñaba en el cargo de ingeniero departamental. Claro que además de sus indudables méritos, no sobra anotar que era primo hermano del dirigente conservador, también de esa época, Laureano Gómez.

El hecho es que a pesar de las calidades y de las intervenciones en el proyecto de construcción de la sede de gobierno, fueron muchas y constantes las informaciones erróneas que se publicaba en la prensa, en especial adjudicando al señor Julio Lázaro Chaustre, la autoría de la construcción del Palacio Departamental, en razón de que fungía como Director Técnico de la Obra o Jefe Técnico, como lo llamaban en ese tiempo y que hoy denominamos Ingeniero de Obra o Ingeniero Residente.

La mayor crítica o por lo menos, la que se hizo más evidente, giró en torno al domo o a la cúpula instalada en la esquina principal del edificio, en la avenida quinta con calle catorce, por muchos considerada como adefesio debido a su falta de elegancia, según los cánones de la época. Por razones como éstas, en varias ocasiones tuvo que remitir a los periódicos de entonces las aclaraciones pertinentes, como ésta que le entregó al diario El Trabajo, en enero de 1946, en la que precisa lo siguiente:

“En guardia de los intereses históricos que patrocina su órgano, me permito hacer la siguiente exposición: 1. Los planos de ese edificio fueron proyectados por el suscrito en su carácter de Ingeniero Departamental, nombrado por el Gobernador Valencia; 2. La planta del proyecto fue localizada sobre el terreno con instrumental de ingeniería; 3. El suscrito visitaba la obra permanentemente y daba instrucciones al señor Lázaro, en su carácter de director técnico de ella; 4. El maestro Julio Lázaro, era un magnífico jefe de trabajos, aptitud que yo tuve en cuenta para hacérmelo nombrar de ayudante en aquella importante obra ; y 5. La cúpula chata del citado edificio, no es la proyectada por mí, que era esbelta, elíptica y peraltada. A la persona comisionada por el gobernador Luis Febres Cordero, para que pidiera al exterior la estructura, le entregué los planos, perfiles y explicaciones para que los remitiera a la fábrica constructora, la cual no se ciñó a ellos y remitió la cúpula que ha sido tan criticada”.

El ingeniero Gómez Duque fue por muchos años ingeniero de carreteras y ferrocarriles del Ministerio de Obras Públicas; varios de sus ensayos fueron publicados en la Revista de la Sociedad Colombiana de Ingenieros. En 1923, fue elegido Representante a la Cámara por el Norte de Santander, donde se destacó como digno apoderado de su región.


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