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Históricos
Monumentos: estatua de Santander
A comienzos del decenio de los noventa del siglo XIX, comenzó a gestarse la idea de levantar un monumento que fuera el centro de afinidad que congregara a todos los ciudadanos y habitantes de la ciudad.
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La opinión
La Opinión
Sábado, 20 de Diciembre de 2025

Decíamos en la crónica anterior que la historia de Cúcuta partía desde el momento que se define la erección de la parroquia de San Joseph de Guasimal, en noviembre de 1734, algo más de un año después de haberse protocolizado la escritura de donación de doña Juana Rangel de Cuéllar. También se describió la evolución sufrida, a través de los años, del parque principal de la ciudad durante los 159 años que pasaron para que se decidiera erigir un monumento conmemorativo del mayor prócer local, el general Francisco de Paula Santander.

No existía en el centro del parque, ningún elemento recordatorio, motivo por el cual, a comienzos del decenio de los noventa del siglo XIX, comenzó a gestarse la idea de levantar un monumento que fuera el centro de afinidad que congregara a todos los ciudadanos y habitantes de la ciudad, y a la vez, rindiera un justo y merecido homenaje a la figura más representativa del lugar.

Cuentan las crónicas de la época que el iniciador y promotor de la idea de levantar la estatua del Hombre de la Leyes y organizador de la victoria que llevaría a la independencia del país fue el señor Hermes García Guzmán, quien a la sazón se desempeñaba como director de un periódico estudiantil llamado “La Provincia”. La propuesta fue lanzada en la edición del 20 de Julio de 1890, pensando en celebrar el primer centenario del nacimiento del héroe que ocurriría en abril de 1892, la mejor ocasión para celebrar en los valles nativos la erección de una estatua en su honor como el célebre estadista que fue de la Gran Colombia.

Sigue la crónica diciendo que “…apenas circuló el periodiquito, vinieron a visitar al señor García Guzmán sus amigos Luis Francisco Peralta y Joaquín Estrada para manifestarle sus deseos de cooperar en su proyecto. Los tres se encaminaron al Club del Comercio donde esa tarde se inició la suscripción pública, con tal éxito, que antes de cerrar la noche se había inscrito tal cantidad de personas que se logró recaudar la suma de dos mil pesos oro”.

En fecha posterior se constituyó la Junta del Centenario que integraron, además de los mencionados, los doctores Marcos Hernández, Carlos Matamoros, José Rosario García, Joaquín Estrada, Eliseo Suárez, Florentino González, Teófilo Prato, Benigno Parra, Óscar Pérez Ferrero, Miguel Ardila, el presbítero Félix María Hernández y el señor Carlos Ferrero Gallardo. En su reunión inicial, esta Junta expidió su primera circular, la que tuvo una acogida tan “patriótica” entre los bogotanos que dio lugar a la erección del mausoleo donde se guardan, en la capital de la república, las cenizas del prócer. Por prematuro fallecimiento del señor Luis Francisco Peralta, nombrado en primera instancia Secretario de Junta, fue nombrado en su reemplazo don Melitón Angulo Heredia. Esta Junta promovió la idea por toda la nación con resultados positivos y con buenas sumas contribuyeron, de igual manera las colonias colombianas asentadas en el exterior, particularmente las del Táchira, Maracaibo y Nueva York.

Como la Junta no alcanzó a recolectar el dinero suficiente para saldar la totalidad del costo de la obra, el señor Juan N. Luciani hizo una contribución de mil seiscientos pesos y el Concejo Municipal destinó la suma de seis mil pesos para cubrir el valor total y atender los gastos de erección del monumento.

Como dato anecdótico, quiero referirme a la discusión que sobre este caso se mantiene a nivel nacional, por el cual y por disposición de la ley 22 de 1971 y la Ley 43 de 1973, llamada también del Centenario de la Reconstrucción de Cúcuta se ordenó el traslado de sus restos a su Casa natal en Villa del Rosario, incluido la construcción de un Mausoleo para guardarlos y protegerlos, mandato que se ha incumplido hasta la presente.

La comisión encargada de contratar la ejecución de la estatua, recayó en la firma alemana local Van Dissel Theis & Cía. El socio principal de esta empresa, don Gilbert Van Dissel, ubicó en Alemania al artista escultor Carl Bomer, en cuyo taller fue fundida esta obra, que es considerada como la mejor imagen de bronce del Hombre de las Leyes.

La estatua tuvo un costo de veinte mil marcos y las láminas adicionales costaron cuatro mil pesos. Estos materiales fueron importados de Alemania y aprovechando su traída, también se importaron las mesas de mármol que se utilizaron posteriormente en los expendios de carne del mercado cubierto de la ciudad, el que se incendió el último sábado del mes de mayo de 1949.

El pedestal ostenta en la cara del frente el escudo de armas de la República y sobre él la inscripción: Santander. En el lado posterior del pedestal hay una placa que dice: levantada por suscripción popular en su primer centenario: 1892.

La estatua erigida en Cúcuta fue la segunda levantada en el país en honor del general Santander, y por su mérito puede figurar en cualquier  gran ciudad como puede constatarlo quien quiera que haya conocido monumentos de este género en ciudades de Europa y América.

La estatua pedestre, mide dos y medio metros de altura y representa al general Santander en la edad de 38 a 42 años, en su doble carácter de militar y hombre de estado que asumió en su brillante carrera pública. Viste uniforme de gala de general, calza botas altas, lleva la cabeza descubierta, sobre la espalda una capa española al estilo de la época, en posición diagonal, cuyo cuello descansa sobre el hombro derecho y pasa por debajo del izquierdo, visible así la charretera de ese hombro, todo el pecho y la empuñadura de la espada envainada que lleva al cinto.

En la mano izquierda presenta un rollo de papeles en el que se leen las palabras “Constitución y Leyes”. 
El pedestal granítico que en rigor de arte guarda parejas con la calidad del bronce, ostenta como se dijo arriba, el escudo de armas de Colombia y encima la inscripción: Santander.
A partir del día de la inauguración de la estatua de Santander, una nueva era se abre en el Parque Santander con actividades novedosas para sus visitantes.


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