Continuando con esta serie de crónicas sobre monumentos y particularmente, sobre los parques de ciudad, relataremos la historia de uno de los parques emblemáticos, el parque de la Victoria, donde se halla el monumento a la Victoria de Boyacá. Dicen las crónicas de la época que antes del terremoto, por el occidente, frente al Hospital de Caridad, existía una plazoleta llamada ‘San Juan de Dios’, que luego del sismo y con ocasión de nuevo trazado de la ciudad, se desplazó de su ubicación tradicional al quedar asentada sobre terrenos de propiedad de las familias Unda, García-Herreros y Pérez Ferrero.
Posteriormente, estos terrenos fueron adquiridos por el municipio mediante escrituras 1892, 1893 y 1897 corridas en la Notaría Primera de Cúcuta, debidamente autorizadas por Acuerdo 12 del 13 de julio de 1882. En un comienzo, tan pronto se produjo la adjudicación de los terrenos se pensó en darle el nombre de Plazuela de La Pola, en homenaje a la mártir de la Independencia Policarpa Salavarrieta, pero en el mismo Acuerdo antes citado, se le cambió de nombre bautizándolo en honor del descubridor Cristóbal Colón, debido a la proximidad de la fecha del 12 de octubre, cuando se conmemoraba el cuarto centenario del descubrimiento de América, en parte debido a que en la ciudad no se le había dedicado ninguna obra pública al ilustre varón que “después de ofrendar sus desvelos a la magna obra del descubrimiento del Nuevo Continente, sacó avante su colosal inspiración a costa de grandes sacrificios” según se cita en el documento oficial aludido.
Desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, el parque estuvo alternando con los otros de la misma época, como el Parque de Santander, la Plazuela del Libertador y el Parque de Carora, en los que se celebraban durante las Fiestas Julianas, las corridas de toros, religiosamente programadas por el Honorable Concejo para festejar las fiestas nacionales, particularmente para conmemorar el día del Grito de la Independencia.
Los árboles que adornan la plaza, fueron sembrados en 1899 por el entonces comandante del Regimiento Bomboná No.15 acantonado en Cúcuta, A. R. Díaz, según se desprende de una nota de solicitud en la que pide la autorización al Honorable Concejo, en fecha 12 de mayo de ese mismo año, para la siembra, comprometiendo su mantenimiento por parte del Regimiento a su cargo.
Por la ayuda y el apoyo prestados por la ciudadanía y con los aporte de la municipalidad, el parque pudo terminarse e inaugurarse oficialmente durante la alcaldía de don Pedro Luis Jordán, en 1910 como parte de los actos de celebración del primer centenario del Grito de Independencia y la creación del departamento de Norte de Santander.
En 1919, la Gobernación del Norte de Santander le cambió el nombre de Cristóbal Colón por el de parque de la Victoria mediante Ordenanza 19 de ese mismo año, como parte de los actos de conmemoración del primer centenario de la Batalla de Boyacá, fecha en la que se aseguró la independencia de la América del Sur; los dignatarios de la época fueron, el gobernador Fructuoso V. Calderón y el alcalde la ciudad, Pedro Ramón Dávila.
El monumento levantado en ese parque es uno de los más imponentes de la ciudad. Según puede apreciarse en la actualidad, la columna levantada, se encuentra rodeada de un bosque de árboles, que suponemos, descienden de aquellos que en buena hora sembraron los miembros del contingente del Batallón Bomboná veinte años atrás.
A diferencia de los monumentos de los demás parques de la ciudad, en éste se erigió un monolito con unas características de diseño de creación de artistas locales como lo fueron, el escultor cucuteño Olinto Marcucci y el maestro constructor Crisanto Ramírez. Dicha escultura logró construirse gracias a las colaboraciones de personajes como Andrés B. Fernández y Carlos Luis Jácome, quienes realizaron todas las gestiones que confluyeron en su finalización como una verdadera obra de arte formalizada por las habilidosas manos de artífices locales.
La estatua tiene incrustada en su base tres placas de bronce. En la placa del costado sur del pedestal, aparece el Escudo Nacional, sin más menciones.
En la cara opuesta, y apuntando hacia el norte, la leyenda dice: “Erigida por Ordenanza No. 19 de 1919. Por la cual se ordena levantar un monumento en celebración del primer centenario de la Batalla de Boyacá, la que selló el triunfo del ejército Libertador y aseguró la independencia de la América del Sur. El Presidente de la Asamblea, Rafael Colmenares B.; El Secretario, F. Morales Berti”.
“Gobernación del Departamento Norte de Santander. San José de Cúcuta, 24 de marzo de 1919.
Publíquese y ejecútese. Fructuoso V. Calderón. El Secretario de Gobierno, Miguel R. Quinn, el Secretario de Hacienda, Andrés B. Fernández, el Secretario de Instrucción Pública, Julio Pérez Ferrero”.
En la cara oriental del monumento, la placa allí colocada, contiene el siguiente texto: “A los libertadores de Colombia Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, José Antonio Anzoátegui, Carlos Soublete, Fray Miguel Díaz, Juan José Rondón, Fortoul, Cancino, Obando, Guerra, París, Sandes, Carrillo, Plaza, Rook, Mújica, Infante”.
Y por último, en la placa ubicada en el costado occidental, puede leerse, también en letras de bronce: “El Departamento Norte de Santander rinde homenaje a los gloriosos héroes de la Batalla de Boyacá. 7 de agosto de 1819 – 7 de agosto de 1919”.
En 1923, comenzó el embaldosinado y la construcción de escaños, algunos de los cuales pueden observarse actualmente, incluido el templete que aún conserva sus características de antaño.
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