Tras la difusión de un comunicado de las Farc, confirmando los rumores que desde tempranas horas del pasado martes referían que Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, uno de los principales cabecillas de las Farc Segunda Marquetalia, había sido asesinado en Venezuela; lejos de despejarse las dudas, se generan nuevas interrogantes sobre el impacto que ello pudiera tener en la relación bilateral colombo-venezolana, el conflicto armado que dos facciones de las antiguas Farc protagonizan en Apure y su posible extensión a la región zuliana, donde diversas fuentes ubican la muerte de Santrich.
Javier Tarazona, director de FundaRedes, asegura que Santrich se ha movido históricamente en Zulia, Barinas, Apure, Guárico, Monagas, Miranda y Caracas y que su asesinato en territorio venezolano “deja en evidencia la presencia de los cabecillas de las Farc en Venezuela, y la afinidad que tiene el régimen de Maduro con estos grupos subversivos”, una situación que su organización viene denunciando desde hace varios años.
Sobre el escenario del conflicto, Tarazona señala que “hay una situación que no es hipótesis, sino que es un hecho certero: El bloque de Gentil Duarte y el de la Segunda Marquetalia dirigida por Iván Márquez y Santrich –hoy caído-, son irreconciliables y obedece a una pugna por el control del territorio que está vinculada a compromisos con los grandes cárteles mundiales del narcotráfico”.
Para el investigador, la guerrilla se repliega en varias regiones de Venezuela, en medio del conflicto de Apure, y así estados como Bolívar, Amazonas, Zulia y el propio Táchira continúan siendo zonas de repliegue, sobre todo para los grandes comandos de la guerrilla, mientras la presencia en otros estados del país es principalmente urbana y responde a intereses de carácter más vinculados a la vida política de la nación venezolana.
La muerte de Santrich en Venezuela traería en lo inmediato –según Tarazona- un repliegue de los principales cabecillas de las Farc en el país., porque implica una fuga de información sobre los sitios en los que ellos pudiesen ubicarse. “Esta inseguridad genera violencia y no hay certeza de hacia dónde pudiese proyectarse esa violencia”, advirtió.