Ante una emergencia global que genera incertidumbre en los mercados, varios negocios han evaluado su nuevo contexto y han visto la importancia de adaptarse a lo que sería el futuro digital. Parte de las nuevas soluciones introducidas en el sector son, por ejemplo, la inteligencia artificial, blockchain y el análisis de big data. Expertos en Modyo explican que estas soluciones emergentes amenazan cada vez más los cimientos de las empresas de servicios financieros tradicionales, pues han transformado la forma en el que las empresas operan al agilizar e integrar procesos.
A medida que la digitalización se extiende por el mundo, la convergencia de las tecnologías informáticas ha contribuido a transformar ciertas actividades que tradicionalmente eran offline a migrar al universo online. Ante este panorama, durante los próximos años el mundo entrará en un periodo de reactivación y en una realidad digital, en donde los usuarios no van a negociar con las condiciones que hagan que sus vidas sean más fáciles y en el que las entidades financieras pueden ser potencialmente beneficiadas.
Por su parte, en Colombia como consecuencia de la COVID-19, las entidades bancarias han tenido que migrar de manera forzosa a los procesos de digitalización. Según el estudio, realizado por Minsait Payments, el 80% de los expertos coincide en que se ha acelerado el abandono del efectivo, además el 73% de los colombianos indicó haber notado algún tipo de aversión a tocar el dinero por lo que ha ocurrido un traslado de las compras al comercio electrónico. De acuerdo con el informe, 54% de los colombianos realiza compras por internet al menos una vez al mes llevando a que el uso de medios de pago como tarjetas virtuales y transferencias a través de aplicaciones ha aumentado 70%, seguidos por las billeteras móviles.
En un entorno de crecimiento económico, la alta competitividad digital va a poner al sector en una puja por entregar capacidades digitales a sus clientes sin precedentes.
En suma, es tener un ecosistema digital que crece y se adapta logrando una mayor productividad, competitividad y oferta con el propósito de satisfacer las necesidades actuales del público, un público que ahora es digital. Con respecto a los bancos, varios de sus servicios se han visto modificados, ya sea la forma en la que se realizan los pagos y las transacciones hasta los procesos de ventas, soporte y atención al cliente.
Si bien es cierto que más de 200 organizaciones del sector financiero en Latinoamérica, Estados Unidos e Iberia, durante el último año, evidencian un patrón de adaptarse a este mundo en confinamiento y 100% digital; se ve la preocupación de pensar en el largo plazo porque el mundo está enfrentando a cambios drásticos cada año de manera acelerada y no tienen la capacidad para atender las nuevas tendencias y necesidades que se comenzarán a generar en su organización una vez que se termine esta coyuntura.
La realidad es que la COVID-19 aceleró tendencias que venían con un ritmo más lento y ha impulsado a sectores como el financiero que tiene el desafío de sostener esta evolución generada por la pandemia y mantener las nuevas herramientas digitales que son claves para la reactivación.
Modyo hace un llamado a que los clientes tomen una estrategia digital que les permita modernizar, evolucionar y resolver necesidades de negocio sin que se comprometa la historia. Es normal tomar decisiones apresuradamente cuando se está en entornos de incertidumbre como en los que estamos, pero es muy importante evaluar y considerar el impacto que ésta tendrá en dicho escenario.