La presentación del reporte mensual del mercado laboral para el trimestre julio-septiembre, por parte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), parece una noticia positiva, porque el desempleo en Cúcuta (área metropolitana) bajó 1,3 de puntos porcentuales (p.p.), respecto a hace a un año. No obstante, la informalidad laboral creció.
La directora del DANE, Piedad Urdinola, informó que el indicador de desocupación pasó de 11,6% a 10,3%, por lo que la capital de Norte de Santander se ubicó en el quinto lugar de la tabla de 23 ciudades principales.
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“Las ramas que más contribuyeron fueron industria manufacturera, con una variación de 37,2% y una contribución de 4,3 p.p.; alojamiento y servicios de comida, que crecieron 19%, con una contribución de 1,6 puntos; y otras ramas, que aumentaron 31,2%, con un aporte de 1,1 puntos porcentuales”, explicó a La Opinión Urdinola.
La funcionaria manifestó que, por el otro lado, las ramas que perdieron puestos de trabajo fueron comercio y reparación de vehículos, con -5,1% y una contribución de -1,4 p.p.; actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras de servicios disminuyeron 12,2%, un aporte de -1,1 p.p., y las actividades profesionales, científicas, técnicas y servicios administrativos se contrajeron 10,2% y aportaron -5,9 p.p.
La tasa de desocupación nacional, en septiembre, fue de 8,2%, lo que significó 0,9 p.p. menos que hace un año, cuando fue del 9,1%.
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En lo que respecta a la informalidad, en la capital de Norte de Santander, la cifra aumentó 0,6 p.p., al pasar de 62,2% a 62,8%, por lo que se posicionó en el cuarto lugar de la tabla. La tasa nacional bajó de 55,5% a 54,5%.
Se genera empleo, pero sin calidad

Para la coordinadora del Observatorio Regional del Mercado del Trabajo (Ormet), Sharyn Nataly Hernández Fuentes, que las cifras del DANE significan que “más personas están trabajando, pero no en empleos formales”, es decir, sin tener derecho a cesantías, vacaciones, primas y sin estar afiliado a una Entidad Promotora de Salud (EPS), a una Administradora de Riesgos Laborales (ARL) y un fondo de pensiones.
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“Esto es un llamado a la revisión de calidad del empleo. Es decir, hay menos gente sin trabajo, pero muchos están en ocupaciones sin contrato, sin seguridad social ni estabilidad laboral”, recalcó Hernández.
La economista e investigadora explicó que caiga el nivel desocupación de esta manera no es necesariamente bueno, porque el aumento de la informalidad indica que la calidad del empleo empeora.
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