El carbón ha sido uno de los motores del comercio exterior colombiano, representando cerca del 30% de la carga total que se moviliza en el país. Sin embargo, el sector enfrenta la pérdida de competitividad causada por factores internos y externos, los cuales afectan la producción y las exportaciones.
Esta fue una de las reflexiones que hizo el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), Carlos Cante, durante la inauguración de la Cumbre Colombiana del Carbón 2025, que termina hoy en Barranquilla y fue organizada en el marco de los 30 años del gremio.
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“El carbón ha sido un gran generador de carga y divisas, pero en los últimos años hemos visto cómo una combinación de medidas administrativas, tributarias y logísticas nos ha hecho menos competitivos frente al mercado global”, señaló Cante.
Según el presidente de la federación, la transición energética impulsada por el Gobierno, aunque necesaria, se ha implementado sin una estrategia clara que garantice la sostenibilidad del sector. “No podemos hablar de transición, mientras seguimos dependiendo de la generación térmica y el gas está escaseando. Hay que devolverle la sensatez a la política energética nacional”, enfatizó.
El líder gremial advirtió que el país se acerca a una crisis energética derivada del déficit en la generación eléctrica y la escasez de gas natural. Ante esa coyuntura, consideró inevitable que este mineral retome un papel protagónico en la matriz energética, especialmente con la incorporación de tecnologías limpias que reduzcan su impacto ambiental.
“El gobierno que llegue en 2026 deberá reconocer que el carbón no es un enemigo, sino un aliado estratégico para garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico y la estabilidad fiscal del país”, afirmó.
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Inseguridad y crisis en el Catatumbo
Carlos Cante se refirió con preocupación a la situación de inseguridad que atraviesan los mineros del Catatumbo, Norte de Santander, una región históricamente afectada por el conflicto armado y las economías ilegales.
Denunció que la política de seguridad en la zona ha sido ineficaz y que el decreto de Conmoción Interior para esa zona terminó traduciéndose en más impuestos para el sector carbonero y ninguna mejora real en la seguridad.
“Lo que nos quedó de esa conmoción fue un impuesto, pero en materia de seguridad seguimos igual: secuestros exprés, extorsiones permanentes y nulas garantías para operar. El movimiento de carga es extremadamente riesgoso y muchas minas han tenido que cerrar porque no están en connivencia con los grupos armados ilegales”, aseguró Cante
El representante de los empresarios del carbón dijo que la pequeña y mediana minería en esa región está prácticamente paralizada y que varias compañías con inversión extranjera se vieron obligadas a abandonar sus operaciones ante la falta de garantías.
“Durante años dijimos que era imposible trabajar en esas condiciones y nadie nos creyó. Hoy la realidad es que el Catatumbo está paralizado y los mineros sobreviven en medio del miedo y la extorsión”, agregó.
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El presidente de Fenalcarbón hizo un llamado urgente al Gobierno para que recupere el control territorial y brinde condiciones reales de seguridad que permitan el retorno de la inversión legal a esa subregión. “Si no hay seguridad, no hay minería; y sin minería, el país pierde una de sus principales fuentes de empleo, regalías y desarrollo regional”, concluyó Carlos Cante.

Caída en la producción y comercio
Carlos Cante reveló que, al cierre del tercer trimestre de 2025, la producción y exportación de carbón colombiano cayó de manera significativa frente al año anterior, pues, se han dejado de vender 10,8 millones de toneladas, equivalentes a una reducción del 34,4% en los despachos al exterior.
De ese total, 10,5 millones corresponden a carbón térmico y 1,3 millones a metalúrgico y coque, lo que evidencia una contracción sin precedentes en el sector.
Esta caída, según Cante, se explica por el descenso de los precios internacionales, la volatilidad de la tasa de cambio y las crecientes cargas impositivas que reducen el margen operativo de las empresas.
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Entre los factores más críticos, mencionó el anticipo de renta del 4,5%, que calificó como el más alto entre todos los sectores económicos del país. Manifestó que esta medida obliga a las empresas a pagar impuestos sobre ingresos no percibidos, lo que ha estrangulado financieramente a gran parte de los productores.
“Calculamos que para 2025 el sector habrá entregado cerca de $2 billones en anticipos que no reflejan utilidades reales. Ante eso, muchas compañías han preferido no producir ni exportar, lo cual impacta directamente las regalías y el recaudo nacional”, puntualizó.
El presidente de Fenalcarbón advirtió que, si la tendencia se mantiene, el país podría dejar de percibir entre $2 y $2.5 billones en regalías este año, afectando las finanzas territoriales y agravando la crisis fiscal que enfrenta el Estado.
“El carbón puede ser parte de la solución fiscal si se corrigen los errores tributarios. Lo que necesitamos es estabilidad normativa, confianza y seguridad para seguir produciendo”, insistió el directivo.
Fenalcarbón mantiene el optimismo y la convicción de que el sector seguirá siendo clave para la economía nacional, siempre que el país recupere su competitividad y revise las políticas que hoy frenan su desarrollo.
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