“In illo tempore”. Así comenzaban algunos pasajes de la Biblia para significar que “en ese entonces” sucedía lo que se estaba narrando.
In illo tempore las doctrinas cavernarias religiosas y políticas aherrojaban las mentes y dictaban abusivamente leyes y normas que no permitían discusión y mucho menos contradicción. Se abrogaron el derecho de arrebatarles la vida con métodos macabros como quemarlos vivos en hogueras y en público para más escarmiento.
Así creció una de las doctrinas de muchas que hoy perviven al amparo de supersticiones y personajes supuestos que solo sirven para beneficio de avivatos y advenedisos mesías que se propagan por el mundo sin control .
In illo tempore los gusanos sobre los cadáveres nacían del mismo cuerpo en descomposición. No había discusión y la doctrina dictaba que se formaban por generación espontánea. La ciencia no tenía cabida en medio de tanta imbecilidad incrustada en un organismo autoritario que bautizaron con la Inquisición.
La revolución francesa nació y creció porque había gérmenes nocivos en el fondo de una sociedad desigual y esclavizada que pedía a gritos libertad, hermandad e igualdad.
La insurrección armada que nos carcome no nació porque sí; la desigualdad social y el abandono del estado en extensas zonas del país lo explican. El estado no pudo derrotar a la guerrilla y se inventó arreglos más para alimentar “egos” que para acabar con tanta barbarie que aún hoy nos carcome y que demuestra la triste e inveterada incapacidad de un estado paquidérmico y egoísta.
Los niños y adolescentes en la guerrilla no están reclutados ni secuestrados; están porque es la única y triste solución de un muchacho campesino que no tiene opciones porque el estado lo ignora.
In illo tempore tuvimos la opción amplia y suficiente con gobiernos de derecha, oligarcas apuntalados en capitalistas que solo buscan su propio beneficio. Los sorprendió un caudillo de izquierda hambriento de poder y acompañado por una cauda de insensibles e irresponsables que están acabando con las migajas que les dejó la depredadora y sempiterna oligarquía.
Qué lástima que se haya perdido esta valiosa oportunidad de reivindación que tuvo el conglomerado patrio.
Otra vez será.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
