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Política
María Fernanda Cabal promete recortar el Estado y reconstruir la seguridad
La senadora y precandidata presidencial habló con Acento, el podcast de La Opinión, sobre cómo se hizo el proceso de selección de la candidatura del Centro Democrático.
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Keila Vilchez
Keila Vílchez B.
Domingo, 14 de Diciembre de 2025

La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal habló con Acento, el podcast de La Opinión, sobre cómo se hizo el proceso de selección de la candidatura del Centro Democrático, que hoy debe dar a conocer los resultados de la encuestadora chilena que emplearon para ello.

Cabal, politóloga y miembro cofundadora del partido, explicó que la salud será su prioridad, así como el incentivo de la inversión en materia económica. 

¿Cómo recibe esta oportunidad que le da el partido, pero además, cómo llegar con un frente unido a la primera vuelta?

En política nada está dicho ni determinado. ¿En qué está el Centro Democrático? Estamos en el proceso de escoger una candidatura que debió definirse el 28 de noviembre, pero no vale la pena quedarnos mirando al pasado.

El partido contrató a dos encuestadoras chilenas de primer nivel, que han sido muy acertadas en la elección presidencial de Chile.


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El domingo (hoy) estaremos reunidas con el director del partido, con el presidente Uribe y con las encuestadoras para conocer los resultados. Son dos metodologías digitales distintas, y esperamos que ambas nos permitan llegar a una conclusión clara.

El presidente Uribe ha dicho que podría ser una o dos, pero nosotras le hemos reiterado, tanto al público como a él, que tenemos un acuerdo en acompañar a quien resulte ganadora. Y acompañar significa estar juntas en todos los espacios. Somos la única colectividad que tiene a tres mujeres como precandidatas presidenciales. Eso ya es un mensaje poderoso.

¿Puede el electorado tener tranquilidad con este mecanismo elegido por el Centro Democrático?

Mi intención y así se lo he expresado al presidente Uribe y a mis compañeras precandidatas es que tengamos una candidatura única en el Centro Democrático. Una candidatura unificada nos fortalece. Somos un partido con vocación de poder, construido de la mano del presidente Uribe.

Marzo es, a mi juicio, la fecha más importante del calendario electoral. Ese día se cruzan las consultas con las listas de Senado y Cámara. Cuando las consultas movilizan votos de opinión, esos votos también fortalecen al Congreso. Y nosotros somos un partido sin maquinarias, sin estructuras politiqueras, sin contratos públicos como base de operación. Dependemos de la confianza de la gente.

Por eso insisto en que debemos ir con una sola candidata a la consulta.

A seis meses de la elección y con solo tres meses para la consulta, ¿qué hará María Fernanda Cabal para ganar terreno en ese tiempo?

Las encuestas no están diciendo la verdad, y la última de Invamer me dejó un sinsabor muy grande. ¿Por qué hacen una sobrerrepresentación de los estratos uno y dos? Si uno revisa los datos del DANE, el estrato uno corresponde al 12%, pero Invamer lo puso al 38%.

En el estrato dos ocurre algo similar, porque prácticamente lo duplican, mientras reducen la representatividad de los demás estratos sociales. El segundo error de Invamer es asumir que todo quien se declare de centro, o indeciso, votará en segunda vuelta por Cepeda. Esa es una premisa equivocada. Cepeda es el candidato perfecto para derrotar, por la enorme antipatía que genera; lo mismo ocurrió con Gustavo Bolívar en Bogotá, donde finalmente Galán ganó.

La izquierda tiene un solo candidato y ya tocó techo. Mientras tanto, nosotros, aunque hoy aparezcamos fragmentados, contamos con mecanismos para unirnos. Ya verán cómo varias candidaturas se caerán, algunos no lograrán firmas, otros no obtendrán avales o terminarán renunciando. De la consulta, saldrá quien irá a la primera vuelta, enfrentándose a Fajardo y a Abelardo, que se negaron a participar. Si se sienten tan fuertes, ¿por qué no quisieron ir?.

La senadora Cabal

¿Cómo darle certidumbre al pueblo que está reclamando una candidatura única o en bloque de los que están aspirando a llegar a la Casa de Nariño?

Solo nos queda la conversación, porque en política se conversa. Yo, por el contrario, le digo al elector que confíe, porque debemos cuidar estas elecciones.

Sabemos que habrá zonas prácticamente vedadas para la Fuerza Pública, como nunca antes, por falta de personal. Sabemos también que los grupos ilegales se han aprovechado de la paz con el narcotráfico, porque son socios de negocio, y lo llevaron al poder. Aun así, las grandes ciudades serán decisivas, sin dejar de lado las regiones, pero sí denunciando dónde, la gente no podrá votar libremente.

Hemos conversado con varios candidatos interesados en entrar a la consulta. Algunos prefieren una consulta de centro; otros, de centro-derecha y derecha. Seguimos dialogando, insistiendo en que la clave es el voto.

En el episodio en el que se vio a Cepeda con Anchan y si ¿considera que algunos grupos empresariales están empezando a acomodarse alrededor del candidato que hoy lidera las encuestas?

A mí me resulta curioso y difícil de entender la contradicción entre la enorme eficiencia que tienen muchos empresarios para crear empresa y generar riqueza, y la miopía que a veces muestran para escoger a un candidato. En los últimos años no han sido particularmente acertados.

Entiendo que en un país tan peligroso como Colombia, con una inseguridad jurídica y material evidente, no es fácil expresarse libremente. Muchos temen ser perseguidos por la DIAN, por la SIC, por la UIAF, vivimos en un Estado que, en ocasiones, parece actuar como una especie de Gestapo.

Pero no es aceptable que, sabiendo lo que representa Iván Cepeda, que es peor que Petro, que incluso sería capaz de incorporar a la guerrilla dentro del Ejército y la Policía, lo inviten con la excusa de la “democracia”. Es como si aceptaran de antemano la guillotina que les va a cortar la cabeza.

Los empresarios, que son verdaderos héroes en un país tan complejo, con esta carga tributaria y sin garantías. Los países que han alcanzado riqueza lo han hecho gracias al sector empresarial, no al Estado. El Estado debe ser una plataforma para que el individuo pueda generar riqueza, no un aparato que crece para quedarse con ella a punta de reformas tributarias. Lo que necesitamos es austeridad en lo público y más recursos para el sector productivo y para la gente.

¿Qué no saben los colombianos de Iván Cepeda y qué deberían saber?

Pero es que él nunca ha ocultado sus afinidades. Sus fotografías, su complacencia y sus sonrisas al lado de Santrich e Iván Márquez hablan por sí solas y muestran de dónde viene su formación. Recordemos que se formó en lo más profundo de la cortina de hierro, en la antigua Checoslovaquia antes de su escisión. Su formación es de estalinismo puro.

Él no es desordenado, no es alguien que trasnoche ni que pierda el tiempo; a diferencia de Petro él usa cada minuto con un propósito claro. Y cuando alguien es fanático de un modelo depredador como el comunismo, que anula el espíritu del individuo y niega a Dios, es capaz de cualquier cosa.

Si eso aún no lo hemos entendido como sociedad, entonces estamos en serios problemas. Aun así, no pierdo la fe. Pero temo que, si no reaccionamos, podríamos recorrer un camino incluso peor que el que transitó Venezuela.


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¿Cuál sería su postura respecto de una intervención militar del gobierno de Estados Unidos?

Yo creo que Estados Unidos y otros aliados tienen una superioridad tecnológica evidente. Pero cada vez que se habla del tema aparece el viejo cuento de ‘la invasión’, cuando en realidad ya estamos invadidos por carteles extranjeros: el de Sinaloa, el Tren de Aragua, el cartel de los Soles y la injerencia que viene desde los años sesenta.

La verdadera pregunta es si queremos liberarnos del narcotráfico. Decir que esa guerra está perdida es falso. Uribe dejó al país con cerca de 40.000 hectáreas y en el Catatumbo quedaron ejemplos exitosos de sustitución de cacao, de aceite de palma y agroindustria impulsados por la seguridad democrática. Eso se perdió cuando Santos pactó en La Habana entre élites, la bogotana y la de las Farc, y el país retrocedió.

Luego Duque no logró enfrentar el paro violento que la izquierda romantizó. Perdimos fuerza política y terminamos con Petro, que ha llevado al país a un rumbo peligroso.

María Fernanda Cabal

¿Cuál sería su plan para que Colombia sea más segura y no siga la fuga de cerebros?

Sin seguridad no hay desarrollo, y sin seguridad en el campo nunca habrá paz en Colombia. Necesitamos una Fuerza Pública sólida y con garantías, por eso insisto en restituir el fuero penal militar. No puede ser que un soldado termine en un proceso judicial donde ni siquiera entienden el derecho operacional.

También debemos retomar alianzas estratégicas con Estados Unidos e Israel.

Además, debemos aprobar la ley marco Fintech para permitir crédito a quienes hoy están excluidos. Solo el 31% de los colombianos está bancarizado. La gente pobre sí tiene ingresos y sí paga servicios, pero el sistema financiero tradicional no los reconoce. Quiero que las Fintech entren a prestarles a los colombianos más vulnerables.

En paralelo, trabajaremos con los alcaldes para que por cada peso que aporten del predial rural, les entregaremos cinco del Sistema General de Participaciones para construir 20.000 kilómetros de vías terciarias en cuatro años.

Si logramos que Estados Unidos quite aranceles al café, a la carne y a la leche, nuestros campesinos prosperarán. Y cerraremos embajadas innecesarias que solo derrochan recursos, como varias abiertas por este gobierno. Ese dinero debe volverle al ciudadano para producir, emprender y crecer.

¿Qué recortaría para que pudiese el Estado modernizarse, pero también cumplir con todas estas premisas?

En mi programa Mega 2040, construido junto al equipo del profesor Luis Guillermo Vélez, tenemos una meta ambiciosa que es adelgazar el Estado. Queremos pasar de los 19 ministerios actuales a 13, luego a 11 y a 9. Petro creó una burocracia gigantesca que no genera riqueza; genera gasto. Y ese gasto luego lo cubren con reformas tributarias que exprimen al empresario, al trabajador y al ciudadano. En solo tres años ya van 50 billones adicionales en costos del Estado.

Por eso proponemos reducir de raíz ese aparato que hoy es una carga para quien quiere emprender. Intente abrir un negocio y es un viacrucis de trámites y permisos. Para solucionar eso crearemos el Departamento de Eficiencia Gubernamental, inspirado en los modelos de gestión como Elon Musk. Ya identificamos más de 1.000 funciones duplicadas usando IA; muchas pueden automatizarse. Las firmas deben ser 100% digitales, como ya funcionan en El Salvador.


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También necesitamos un Estado más estratégico con embajadas solo donde haya negocio reales para Colombia, donde podamos vender nuestros productos y atraer turismo e inversión. ProColombia debe reorganizarse y trabajar de la mano con los gremios. Que sean los aguacateros, ganaderos, arroceros y demás sectores quienes nos digan qué mercados necesitan abrir.

La FAO ha dicho que Colombia es uno de los pocos países tropicales capaces de alimentar a la mitad del mundo. Tenemos dos mares y un potencial enorme.

 ¿Cómo va hacer para que Colombia se vuelva un país de empresarios?

Cuando se revisa el PIB per cápita de los últimos 30 años, los dos periodos de mayor crecimiento para los colombianos fueron las administraciones de Álvaro Uribe. ¿La razón? Seguridad, confianza inversionista y apertura del sector minero-energético. Esa combinación atrajo 160 billones de pesos en capital, convirtiendo a Colombia en el único país de la región que no se “apaga” mientras otros, como Ecuador, sí lo hacen. Es simple sentido común de abrir el mercado, atraer inversión y garantizar seguridad jurídica para que las reglas no cambien con cada gobierno.

Colombia debe generar confianza internacional. Tenemos petróleo, carbón y gas, pero el gobierno Petro prefiere importar energía más cara mientras predica un discurso climático que no aplica. Abrir la economía implica también modernizar el sistema financiero eso facilita exportaciones e importaciones y protege a los empresarios.

Si llegan más empresas grandes habrá más empleo formal que pague salud y pensión. Hoy, con un tejido empresarial compuesto en 90% por pymes vulnerables y con acceso limitado al crédito.

Colombia tiene ventajas comparativas porque tiene petróleo, carbón, agua y una matriz energética limpia. Debemos defender la naturaleza, sí, pero con el ser humano adentro, no condenándolo a retroceder.

Senadora y precandidata

En su intervención durante el Nobel, la hija de María Corina advirtió cómo el chavismo y el madurismo profundizaron la polarización en Venezuela. Desde su perspectiva, ¿existe el riesgo de que Colombia esté recorriendo un camino parecido?

La izquierda ha logrado imponer su narrativa porque, durante años, muchos en la derecha fuimos cobardes. No enfrentamos la romantización de la violencia, no respondimos cuando invertían los roles para convertir al victimario en víctima y no dimos la batalla frente a un discurso que distorsiona causas legítimas.

Mientras tanto, ellos se apropiaron del relato de las mujeres, de las comunidades étnicas, de los trabajadores y del medio ambiente, sin asumir incoherencias evidentes como la contaminación de China o los atentados del ELN contra los oleoductos.

Creo que a quienes defendemos la libertad, la propiedad privada y el valor del trabajo nos ha faltado disputar esa guerra narrativa. Pero también creo que América Latina está empezando a cambiar. Y estoy convencida de que, cuando caiga Maduro, la libertad de Venezuela impulsará una nueva etapa de prosperidad para toda la región.

¿Cómo es actualmente su relación con José Félix? En días recientes circuló un video suyo dialogando con Iván Cepeda, casi como si actuara de enlace político. ¿Es él quien facilita los acercamientos con otros frentes? ¿Qué función desempeña dentro de la campaña?

Nada que ver. La presencia de José Félix en los diálogos con el Eln no fue decisión mía, sino del presidente Álvaro Uribe. Él consideró que es mejor estar que no estar y por eso envió a Fabio Valencia a hablar con las disidencias y a José Félix a la mesa con el Eln. Yo me opuse siempre, porque va en contra de mis convicciones y de lo que conozco sobre la maldad de esa organización.

El Eln es una estructura que nació en el ala marxista de la Iglesia Católica, con la idea de que solo los pobres tienen derecho y con la arrogancia de sentirse legitimados para asesinar. Para mí, son sociópatas, criminales multimillonarios. No les creí antes ni les creo ahora. Tampoco compro ese cuento viejo de las “causas objetivas de la violencia”, porque si fuera así todos los pobres del mundo vivirían en guerra.


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Creo en otra realidad, porque la exclusión genera rabia social y la izquierda ha sabido manipularla echándoles siempre la culpa a otros.

¿En qué tema pone el Acento?

Mi prioridad absoluta es la salud. No puedo seguir viendo niños que mueren porque no logran acceder a una cirugía, ni pacientes que fallecen esperando medicamentos. Tampoco soporto ver, como ocurre a diario en redes sociales, personas con trastornos de salud mental que no reciben sus tratamientos. Para mí, la responsabilidad de esta crisis recae en las decisiones del Gobierno, el país no puede aceptar más deterioro ni más indiferencia frente al sufrimiento de la gente.

Hay que reabrir de forma urgente las mesas técnicas de regulación de precios y de disponibilidad de medicamentos, que fueron desmontadas.

El sistema necesita funcionar como en una emergencia para atender primero a niños, personas vulnerables y pacientes con enfermedades críticas. Hoy existe un represamiento enorme, especialmente en la Nueva EPS, que dejó a miles de ciudadanos sin la posibilidad de escoger y sin atención oportuna.

Lo prioritario es volver a abrir servicios, clínicas y consultorios que cerraron por falta de pagos.


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