El reconocido apneísta colombiano Cristian Castaño Villa murió a sus 40 años, así lo informó una de las empresas con las que laboraba el deportista e ingeniero. Dejó un legado de 28 récords y una historia de sobrevivencia al ataque de un tiburón.
Cetma Composites es el nombre de la empresa que dio a conocer el fallecimiento del deportista. Un comunicado a través de su redes sociales confirmó la noticia. “Hoy es un día muy triste para la comunidad freediving y para Cetma Composites: nuestro amigo y embajador colombiano nos deja en el más profundo dolor”, posteó la compañía de buceo, sin confirmar cuál fue el motivo de su muerte.
Castaño Villa era considerado un representante y embajador colombiano del buceo en aguas libres, pues a pesar de ser ingeniero civil de profesión, los mares fueron su pasión.
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Su legado queda en los 28 récords nacionales que logró en la apnea entre los que están 85 y 87 metros con bialetas y 90 metros con monoaleta. La apnea es una disciplina deportiva que consiste en suspender la respiración de forma voluntaria para permanecer bajo el agua en el mayor tiempo posible, alcanzar la mayor profundidad o recorrer la máxima distancia.
Otro de los legados que deja el manizaleño es el ataque sufrido el mes de julio de 2023 cuando buceaba en un sector conocido como Nirvana, en San Andrés.
En esas aguas Castaño Villa estaba preparándose para participar en el mundial de apnea que se realizaría al mes siguiente en Honduras. Al colombiano que estaba acompañado de otros seis atletas experimentados lo atacó un tiburón oceánico de puntas abiertas.
“Cuando me avisaron de su presencia, paré normal en el agua porque los habíamos visto varias veces allí, normalmente manteniéndose a una distancia de 3 a 5 metros. Yo estaba tranquilo esperando a que se fuera, me puse la máscara y luego vi cómo el tiburón se dirigía hacia nosotros, acercándose demasiado esta vez, tanto que yo lo alcancé a golpear con mi monoaleta para que se alejara”, fue lo que declaró el apneista al medio sanandresano El Isleño en ese instante.
Mientras los deportistas que acompañaban a Cristian huían, el manizaleño se quedó espantándolo con sus aletas, algo que al parecer habría sido mala idea, pues el tiburón lo habría atacado al verlo apartado y desprotegido.
Este suceso abrió un debate entre la convivencia entre el turismo, el deporte y la conservación del medio ambiente y las especies claves en el ecosistema acuático. Cristian por fortuna no tuvo pérdida de las extremidades ni afectaciones graves y en el mes de septiembre pudo volver a las competencias de apnea en Chipe.
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