En el estado Táchira, donde circulan tres monedas, el peso colombiano en más del 90%, dólares y bolívares que reciben trabajadores de la administración pública y de algunas empresas privadas, los comerciantes se las ingenian para burlar la tasa que fija el Banco Central de Venezuela (BVC) con relación a la tasa de cambio del dólar estadounidense y la moneda nacional. 

En vista de que el Banco Central de Venezuela no tiene un precio de la tasa de cambio con relación al peso / bolívar, los comerciantes han optado por fijar los precios en pesos colombianos, a fin de sacar ventaja cuando las personas pagan en bolívares. Lo cierto es que si un kilo de carne que cuesta $25.000, en dólares, tendría un precio de 6.25 $, a la tasa de 4.000 pesos por cada dólar.

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En bolívares, 25.000 a la tasa de 420 (precio de compra de este 15 de septiembre), ese mismo kilo de carne cuesta 59 bolívares, (los comerciantes hacen la conversión directa de pesos a bolívares) lo que equivale a 7, 42 dólares, de acuerdo con la tasa de 8.02 bolívares por dólar, según la tasa BCV, lo que indica que al pagar en bolívares se estarían gastando 1.17 dólares de más por un kilo de carne.

Dicha operación se repite en gran parte de los comercios de la región. Sin embargo, la tasa de conversión varía según el gusto y estado de ánimo de cada comerciante, sin una regla de juego económico clara. Esta disparidad cambiaria se agrava a la hora de realizar pagos en mercados populares o comercios pequeños.

Este panorama deja, de algún modo, desprotegidos a los tachirenses que intentan pagar con la moneda nacional, a pesar de la medida que ha tomado el gobierno regional en una “lucha frontal con la especulación”, según expresó el gobernador de la entidad, Freddy Bernal, quien refirió que “están atracando a la gente en algunos comercios”.

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Ante el alza de dólar regulado y el paralelo en Venezuela, el mandatario regional advirtió que ejercerán la autoridad obligando a todos los comercios a vender los productos a la tasa que indica el BCV, pero la realidad es que en esta región fronteriza gran parte de los comercios tienen los precios estipulados no en dólares sino en pesos.

"Una sardina que cuesta 3 bolívares, la venden hasta en 10 y 12" dijo Bernal. 

Descapitalización para los comerciantes  

El propietario de una panificadora del Táchira que distribuye pan a cadenas de supermercados, Luis Iruita expuso que el sistema cambiario que existe en Táchira también les afecta, en vista de que luego de que se implementó el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) las cadenas de supermercados no quieren pagar el producto en moneda extranjera porque se ven afectados por ese impuesto nuevo, por lo que les obligan a recibir bolívares. 

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"Nos obligan, por un lado, a que les demos un financiamiento hasta de prácticamente un mes, cuando vamos a cobrar una factura que se realizó en bolívares hace un mes, ese diferencial cambiario no lo estamos percibiendo y se nos está creando un desfalco en nuestras empresas", contó el empresario. 

Luego de que reciben el pago en bolívares, al momento de ir a comprar la materia prima, todos los productos que deben adquirir para la fabricación de pan deben pagarlos en pesos, el cual lo reciben en precios distintos en cada comercio, lo que genera pérdidas; si pagan en bolívares es peor porque el cambio es más deficiente.

Expuso que para comprar dólares deben pagarlo a precio dólar paralelo en el mercado negro, porque muchas veces en la banca nacional solo permiten un día para intervención de los dólares a través de la banca nacional, solo los lunes a determinadas horas, muy temprano en la mañana. 

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Indicó que este problema cambiario en la región no está siendo tomado en consideración por las autoridades nacionales y regionales, sobre todo cuando se acerca la apertura de frontera, por lo que expuso que se sería beneficioso que se establezca una tasa en relación dólar - peso regida por el BCV. 

"Le hago un llamado al Gobierno Nacional en este momento para que le pongamos un coto en esta zona fronteriza, para lograr estabilizar el sistema cambiario", exigió Irutia. 

En municipios fronterizos como San Antonio y Ureña también se evidenció que algunos comerciantes colocan el precio a su gusto cuando reciben dólares, es decir, los calculan muy por debajo del precio estipulado en las casas de cambio de Cúcuta, a raíz de que en el país no hay una cotización oficial entre el cambio de dólares - pesos, ni casas de cambio que permitan hacer conversiones de monedas de manera rápida y justa. 

Redacción Anggy Polanco / Corresponsal La Opinión 

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