La alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) sobre los riesgos de sobrevolar Venezuela, ya ha comenzado a generar estragos en la operación comercial aérea de ese país y se prevé que en los próximos días el impacto comience a sentirse en Colombia, especialmente en los aeropuertos de las ciudades fronterizas, como Cúcuta y Riohacha.
Desde el pasado viernes 21 de noviembre, cuando se conoció la advertencia de la autoridad aérea estadounidense debido al empeoramiento de la situación de seguridad y al incremento de la actividad militar alrededor de Venezuela —según lo expresado en un comunicado—, al menos nueve aerolíneas cancelaron sus vuelos hacia ese país, entre ellas Avianca.
La Opinión conoció, a través de un agente de viajes de la ciudad de San Cristóbal (Táchira), que algunas aerolíneas, sobre todo aquellas con base operativa fuera de Venezuela, están ofreciendo alternativas como cambio de fecha o reembolso del dinero. En el caso de Avianca, solo se permite el cambio de fechas, exonerando la penalidad y la diferencia de tarifa; al igual que las aerolíneas venezolanas, que indican que la alteración se debe a un motivo completamente ajeno y no imputable a la empresa, aunque entienden que tampoco es responsabilidad del pasajero.
Aunque, de momento, la situación se ha manejado sin mayores contratiempos entre los pasajeros y las aerolíneas, existe bastante incertidumbre sobre lo que pueda suceder una vez comience la temporada decembrina, en la que la demanda aumenta por Navidad y Año Nuevo.
De acuerdo con Alix Oñate, gerente del Aeropuerto Internacional Camilo Daza, hasta este martes 25 de noviembre la terminal registraba una operación comercial tranquila, conforme a los itinerarios establecidos, y no había información extraordinaria por parte de las aerolíneas.
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Aumento del flujo de viajeros en la frontera
No obstante, por experiencias previas, expertos y operadores turísticos anticipan escenarios en los que el Camilo Daza se maneje como primera opción de puente aéreo hacia destinos internacionales. Esto podría representar una ganancia en la balanza comercial para Colombia y un nuevo golpe al sector turístico de Venezuela, pues, ante el temor evidente, se detiene la venta de boletos.
Para William Gómez, analista de frontera, esta opción incidirá en el aumento del flujo de pasajeros hacia la zona fronteriza, especialmente hacia Táchira, debido a las ventajas que ofrece el funcionamiento del aeropuerto de San Antonio del Táchira, que actualmente cuenta con 26 itinerarios semanales y un movimiento de entre 4.000 y 4.500 pasajeros. Esa cifra podría triplicarse en los próximos días y llegar a los 13.000.
Sin embargo, Gómez va más allá y advierte que, ante el incremento de las acciones militares de Estados Unidos, podría desatarse un nuevo fenómeno de movilidad humana masiva, primero hacia Táchira y luego hacia Norte de Santander.
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