Asimismo, Prato declaró que durante todo el día la Secretaría cuenta con una sala de crisis la cual permanece atenta a los fenómenos naturales que puedan poner en riesgo a Cúcuta.
Además, el funcionario recalcó que una vez al año la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo plantea un simulacro nacional de respuesta a emergencias. Informó que este 2025 el tema serán los sismos y el mismo se realizará durante la mañana del 22 de octubre.
“El simulacro se llevará a cabo en diferentes barrios de Cúcuta. También en el Palacio Municipal y en empresas. Estas últimas pueden inscribirse hasta el 9 de octubre mediante un código QR en redes sociales”, afirmó.
Por otra parte, la secretaría aclaró que los movimientos de tierra se miden de la siguiente manera: de 0 a 3.5, es un sismo casi imperceptible; de 3.5 a 5.0 un evento leve a moderado, de 5.5 a 6.0 un evento que puede ocasionar daños, y entre 6.1 y 6.9 se considera un terremoto que puede afectar vidas y estructuras. A partir de 7.0 ya es un terremoto de grandes proporciones.
¿Por qué se presentaron?
De acuerdo con Fabián Prato, los sismos llegaron a sentirse en la región por la falla geológica de Boconó que comprende Venezuela y parte del territorio colombiano. Explicó que dicha falla es limítrofe con la zona del vecino país en donde se presentaron los temblores.
Prato agregó que a pesar de que el casco urbano de Cúcuta se encuentra a una distancia aproximada de 50 kilómetros de la falla, el movimiento de está sí alcanza a generar afectaciones.
“Estudios también han concluido que esta fue la falla que se activó en 1.875 cuando fue el terremoto en Cúcuta”, precisó el funcionario.
Fabio Ramos, geólogo de la secretaría de Riesgos detalló que en este hecho también influyó que los sismos fueron de tipo superficial, lo que quiere decir que ocurrieron a una distancia menor de 30 kilómetros de profundidad.
Además, el especialista explicó que estos sismos ocurren porque las placas permanecen flotando sobre masa fundida al interior de la corteza. Ramos añadió que cuando se presentan diferencias en la temperatura se generan corrientes que hacen mover las placas y chocarse entre ellas.
“Esos choques generan acumulación de energía que termina por liberarse causando los sismos”, aseguró el geólogo.