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Aqualia no atiende grave emergencia sanitaria en la Urbanización Trapiches de Villa del Rosario
Dos semanas cumple la comunidad con este problema.
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La opinión
La Opinión
Martes, 18 de Noviembre de 2025

La comunidad del conjunto residencial Laureles, en la Urbanización Trapiches, vive desde hace dos semanas una situación que los vecinos describen como “insostenible y peligrosa para la salud pública”.

Desde el pasado 4 de noviembre, un daño en el alcantarillado mantiene las calles enlagunadas con aguas negras y fuertes olores, sin que, según denuncian, la empresa Aqualia haya atendido oportunamente la emergencia sanitaria.

Los residentes aseguran que han agotado todos los canales de comunicación y radicación de peticiones para exigir la intervención inmediata de la empresa de acueducto y alcantarillado, pero, pese a los reportes, las llamadas y los radicados oficiales, la situación continúa sin solución.

Aguas negras, malos olores y riesgo para la salud

“Estamos conviviendo entre aguas negras, con olores que hacen imposible dormir, comer o incluso abrir las ventanas”, relató la residente Stefany González Perdomo. Según explicó, la presencia permanente de aguas servidas ha comenzado a afectar la salud de la comunidad, especialmente de niños y adultos mayores, quienes presentan molestias respiratorias derivadas de los fuertes olores.


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Las calles internas del conjunto permanecen cubiertas por aguas residuales que fluyen desde el alcantarillado colapsado, generando un foco de contaminación que se agrava con el paso de los días. Los vecinos advirtieron que el hedor se cuela por rendijas de puertas y ventanas, convirtiendo los apartamentos en espacios difíciles de habitar.

“Estamos en una verdadera emergencia sanitaria y responsabilizamos a Aqualia de las afectaciones a la salud que esto nos está ocasionando”, añadió González.

Radicados, promesas y silencio

La comunidad afirmó que el primer reporte fue radicado el mismo 4 de noviembre, fecha en que inició la emergencia. Desde entonces, han registrado la situación ante la línea nacional y local de Aqualia, así como por medio de solicitudes formales. El radicado nacional 673971 sustenta la primera petición documentada.

Pese a ello, los habitantes denuncian que no ha habido acciones claras por parte de la empresa. El pasado sábado, según relató la comunidad, Aqualia aseguró que la petición había sido “escalada”, pero nadie acudió al conjunto durante el fin de semana para verificar o solucionar el daño.

Pese a llamados, Aqualia no soluciona problema de contaminación en Trapiches

 

Otro registro, el 3618813, indica que la solicitud fue nuevamente escalada desde atención al cliente. Sin embargo, tampoco en esta ocasión hubo presencia de operarios durante el puente festivo.

“Lo único que nos contestan es que van a notificar al área técnica para que prioricen la intervención. Pero aquí no ha llegado nadie”, reclamó un vecino.

Aqualia alega falta de capacidad operativa

Consultada por La Opinión, la empresa explicó que el vehículo destinado para atender este tipo de emergencias no da abasto por la cantidad de daños reportados en el municipio. No obstante, se comprometieron a acudir al conjunto Laureles este martes, día en que la comunidad completa 15 días conviviendo con aguas negras y malos olores.


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Los residentes recibieron esa respuesta con preocupación y escepticismo, luego de casi dos semanas de espera y de múltiples comunicaciones sin resultados.

Piden intervención de los entes de control

Ante la falta de soluciones por parte de la empresa prestadora del servicio, los habitantes de Laureles solicitaron la presencia de los organismos de control municipal y departamental. Piden que se verifique la omisión denunciada y que se obligue a Aqualia a actuar con la urgencia que amerita una emergencia sanitaria que ya afecta la salud y la calidad de vida de decenas de familias.

“Solo pedimos lo que por derecho nos corresponde: que se garantice un servicio básico y se atienda un problema que pone en riesgo nuestra salud”, expresó un vocero de la comunidad.

Mientras esperan una intervención efectiva, los vecinos del conjunto Laureles continúan respirando malos olores y sorteando las aguas servidas que circulan por sus calles, una situación que, según afirman, “no puede normalizarse en ninguna ciudad y bajo ninguna circunstancia”.


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