Con escepticismo fueron recibidos los anuncios de cese al fuego unilateral anunciados ayer tanto por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) como por las disidencias de las Farc, al mando de Calarcá, para la temporada de Navidad y Año Nuevo.
En el caso del Eln, la tregua unilateral tendrá lugar desde la medianoche del 24 de diciembre y la medianoche del tres de enero, mientras que el anuncio de las disidencias habla de un “cese de acciones militares ofensivas contra la Fuerza Pública por tiempo indefinido”.
Lo que llama la atención y al mismo tiempo preocupa, es que el cese no incluye las acciones entre ambas estructuras, enfrentadas por el control del territorio.
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Para Luis Fernando Niño, consejero de Paz en Norte de Santander, este alto el fuego por parte del Eln es una noticia satisfactoria para las comunidades del Catatumbo y de alguna manera responde al clamor que se venía haciendo desde diferentes sectores de la sociedad.
Sin embargo, considera que ahora lo que se debe evaluar es realmente cuál es la voluntad total de paz de esta estructura, sobre todo cuando acaba de terminar una semana trágica, marcada por un paro armado y un ataque terrorista a una base militar.
“Lo que se ha venido insistiendo es que se cumplan los mínimos humanitarios, no solo hasta el 3 de enero, sino que se permanezca en el tiempo para que de una vez por todas cese la guerra del Catatumbo y la gente tenga la posibilidad de pasar las fiestas en familia sin que haya la zozobra de que les pueda ocurrir algo”, expresó Niño.
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Sobre la tregua anunciada por las disidencias de las Farc, el funcionario puso de manifiesto su preocupación e insistió en que “lo que estamos pidiendo es un cese total al fuego, para que no se vea afectada la población civil”.
Alertó por un hecho reciente en Pacelli, donde dos mujeres fueron sacadas de sus casas, una de ellas con su bebé de apenas un mes. “Ningún grupo se ha atribuido el hecho, pero fue algo que pasó cuando la vereda estaba a oscuras porque les habían quitado la luz. Estas son las cosas que no pueden seguir pasando”, dijo.
Principio de nuevos diálogos de paz
Enrique Pertuz, coordinador general de la Corporación Red Departamental de Derechos Humanos, coincide en que el cese al fuego anunciado por el Eln es un alivio a la situación de violencia que se vive en la subregión del Catatumbo desde el 16 de enero de 2025.
No obstante, espera que este no sea solo un gesto temporal, sino que pueda ser el punto de partida para retomar los diálogos de paz con el Gobierno nacional, y pueda derivar en un cese continuo que dé un respiro en las zonas de Norte de Santander donde la guerra no ha dado tregua, como el área metropolitana de Cúcuta y el Catatumbo.
¿Un cese inocuo?
Juan Carlos Quintero, representante de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, celebró parcialmente las treguas anunciadas por el Eln y las disidencias de las Farc contra la Fuerza Pública, pues advirtió que las operaciones militares que más han afectado a la población son las que se dan entre las dos estructuras, las cuales siguen vigentes.
Asegura que este anuncio no representa del todo un alivio humanitario para el Catatumbo.
Entre tanto, con desazón y desesperanza recibió Asís Gómez, presidente de la Asociación de Comerciantes de Ocaña, el anuncio de cese unilateral al fuego anunciado por parte del Eln.
“Después del paro armado de hace una semana y del asesinato de seis soldados en un batallón de Aguachica, queda uno sin aliento de nada frente a ese anuncio. Qué se puede decir. No hay comentarios al respecto”, expresó.
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