Nuevamente se revive la zozobra e incertidumbre en torno a las averías ocasionadas por la ola invernal en la estructura del puente La Sal, vía de acceso al norte de Ocaña.
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Hace tres meses se registró el hundimiento de la calzada y el Instituto Nacional de Vías (Invías), a través del Consorcio Boyacá, adelantó la intervención para evitar traumatismo en el tráfico vehicular.
Pero, los transportadores manifiestan que los trabajos quedaron a medias y censuran la demora en los arreglos. “Es la única vía de acceso a la ciudad por donde circulan unas 400 tractomulas diarias y requiere una gran inversión para evitar el colapso definitivo”, dijo el conductor Rafael Alonso Sarabia.
El chofer asegura que la estructura con más de 50 años no tiene la capacidad para el alto flujo vehicular y pide a gritos la construcción de una vía alterna.
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“Estamos embotellados y se requiere urgente una variante para el desvío del tráfico pesado. La ciudad ha crecido desordenadamente, pero se quedó sin arterias y las pocas calles están deterioradas”, recalcó al solicitar la gestión de la dirigencia de la región.