Brilla la estrella de Navidad
La idea surgió cuando un médico visitador le regaló a José Ignacio un diminuto pesebre, y gustó tanto en la pareja, que desde entonces se despertó en ellos el espíritu de la Navidad.
Cuando salen de viaje o van de compras, es casi un ritual traer un nuevo pesebre a la colección. Para Francisca Helena los más curiosos son los artesanales que han comprado en ferias.
Asimismo, reciben frecuentemente regalos de pesebres hechos en uchuvas, en semillas y hasta en cáscaras de huevos de codornices. Los de las botellas guardan el encanto de permanecer intactos y son sinónimo de esperanza, de sueños por cumplir y de buenas energías, asegura la familia Ramírez Pallares.
En mesas, vitrinas, cuadros y cada rincón del hogar hay imágenes de la Virgen María, de San José y del niño Jesús fabricados en materiales como vidrio, palillos, arcilla, piedra, madera, metal y parafina.
Muchos fueron adquiridos en el mercado de las pulgas en Bogotá. Allá existen muchas curiosidades elaboradas en tagua, hojas de plátano, en corteza de maíz. Los artesanos dedican horas de trabajo y la elaboración es dispendiosa, pero ese esfuerzo satisface el gusto de los coleccionistas de excepción.
Los pesebres son procedentes de los cinco continentes, parientes y amigos se los han regalado. Uno de ellos fue heredado por el sobrino Jorge Andrés Angarita, fraile dominico, es un pesebre debajo de la Torre Eiffel.
Simbolizan la unión, la protección del hogar. Para esa familia, la Navidad es la época más bonita del año, donde padres e hijos se reencuentran y todos los seres queridos se reúnen a compartir y a fortalecer el núcleo primario de la sociedad.
Apreciar la colección permite recordar las épocas en que los pesebres se hacían en el lugar más visible de la casa. Durante el año permanecen guardados cuidadosamente en cajas y en diciembre salen todos al escenario para inmortalizar momentos fraternos.
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“Dios derrama bendiciones sobre aquellas personas que se ubican alrededor del pesebre a elevar las plegarias al todopoderoso. Me siento bendecida con mi familia y desde niña mi madre me inculcó que era más importante el pesebre que el árbol”, dijo la profesional del derecho.
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