La olla podrida de depravados sexuales que fue destapada en marzo, en Estados Unidos, terminó por salpicar a Cúcuta, tras los videos que serían suministrados desde la capital nortesantandereana.
Luego de la diligencia de allanamiento que realizaron las autoridades estadounidenses en una vivienda de Baltimore (Maryland), se dio inicio a un trabajo en conjunto con la Policía y la Fiscalía de Colombia, pues en esa casa habrían encontrado una memoria USB con varios videos con contenido sexual, en los que participaban menores de edad.
El análisis exhaustivo que realizaron en Estados Unidos, permitió identificar el lugar de residencia desde donde se estarían grabando las imágenes suministradas a los extranjeros, las cuales, eran compartidas indiscriminadamente. Todo apuntó a un barrio de la Comuna 9 de Cúcuta.
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“Así fue como empezamos a recopilar todo el material probatorio que nos permitiera ponerle fin a esos vejámenes de todo tipo que se evidenciaban en los videos”, comentó una fuente judicial.
Tras un mes de investigaciones, las autoridades lograron identificar a Diana Carolina Peña Villamizar, de 31 años, como la mujer que, presuntamente, obligaba a sus dos hijos, de 1 y 7 años, a participar en videos de pedofilia que posteriormente eran vendidos a los pervertidos del extranjero.
“Una Fiscalía Seccional del Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS) de la Seccional Norte de Santander recopiló abundante material de prueba en contra de la mujer y obtuvo orden de captura en su contra”, explicó el ente acusador a través de un comunicado de prensa.
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El pasado martes, los policías rastrearon a Peña Villamizar, logrando ubicarla en Tunja (Boyacá), en donde fue capturada por los delitos de pornografía infantil y actos sexuales abusivos con menor de 14 años, ambas conductas agravadas.
La mujer fue presentada en la Fiscalía para que se adelantaran las audiencias públicas. Aunque la implicada negó los cargos y se declaró inocente, un juez de control de garantías le dictó medida de aseguramiento en la cárcel.
Los dos hermanitos, víctimas de su propia mamá, fueron rescatados y quedaron a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
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