El pasado lunes, hacia las 2:40 p. m., en el barrio Los Olivos, de la ciudadela Juan Atalaya, ocurrió un hecho que sorprendió hasta los mismos policías que capturaron a cuatro personas con 10 kilos de base de cocaína.
Los uniformados que hicieron el procedimiento judicial no podían creer que entre los detenidos estaban dos suboficiales de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), adscritos a la Sijín y a la Seccional de Tránsito y Transporte.
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Por eso, de inmediato los trasladaron a la Fiscalía para verificar qué estaba pasando y por qué los dos policías estaban involucrados en ese hecho.
¿Qué sucedió?
Lo primero que se conoció es que el cuadrante de vigilancia de la Mecuc se movilizaba por ese barrio aledaño a Antonia Santos, cuando los policías escucharon los gritos de un hombre que aseguraba que lo acababan de robar y que los presuntos ladrones iban en un carro Renault Logan.
Los uniformados de inmediato aceleraron su marcha y en la avenida 46 con calle 3 interceptaron el vehículo y con armas en mano, hicieron bajar a los ocupantes.
Cuando el conductor y el copiloto se bajaron, se identificaron de inmediato como miembros de la Policía Metropolitana, pero en ese momento llegó la supuesta víctima y le indicó a los uniformados que esas personas le habían robado 10 kilos de base de coca.
Sorprendidos por lo sucedido, uno de los patrulleros abrió el baúl del carro y encontró la droga, además, vio que había una chaqueta de la Sijín y una gorra de la Policía.
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Ante tal situación, los uniformados del cuadrante pidieron apoyo y, además, le informaron a su comandante para que se acercara a verificar lo que estaba pasando, fue así como los tres ocupantes del vehículo y quien denunció el robo de la droga, fueron llevados al Búnker de la Fiscalía para aclarar lo sucedido.
Los detenidos fueron José Iván Peña Santana y Henry Torrez Melgarejo, intendente y subintendente de la Policía, respectivamente, y los civiles Ricardo Amador Jiménez y José Luis Díaz Duran.
¿Procedimiento falso o incautación?
Ante las autoridades competentes, el supuesto dueño de la droga se mantuvo en afirmar que los suboficiales le habían puesto una trampa para hurtarse la coca y que por eso decidió denunciarlos.
Presuntamente, José Díaz fue quien les informó a los policías sobre el estupefaciente y quién lo tenía escondido en su casa, y por eso habría coordinado una cita con Ricardo Amador para que vendiera la droga, pero lo que no sabía ese hombre es que los supuestos compradores eran de la Mecuc.
Las autoridades manejan la hipótesis de que el lunes, cuando se encontraron todos, al parecer, los suboficiales se identificaron y le quitaron la coca a Amador Jiménez, sin hacerle un acta de incautación ni capturándolo, luego se marcharon tranquilamente del lugar.
Ricardo Amador al ver lo que pasaba y observar que una patrulla de la Policía estaba cerca, decidió denunciarlos y fue por eso que todos terminaron detenidos.
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Sin embargo, José Peña Santana y Henry Torrez Melgarejo les argumentaron a sus superiores que ellos tuvieron conocimiento sobre ese estupefaciente y decidieron ir a incautarlo.
Los argumentos de la defensa
Extraoficialmente se conoció que durante la audiencia concentrada, el abogado defensor de los policías argumentó que la droga fue incautada en unas labores de verificación, cuando se percataron de que Ricardo Amador tenía el estupefaciente en su poder e hicieron el reporte de lo sucedido.
Por lo tanto, la defensa solicitó desvirtuar los argumentos de la Fiscalía y dejar en libertad a los uniformados y al supuesto informante, pero el juez se negó y la decisión que tomó fue que ellos tres fueran enviados a prisión, mientras que el dueño de la droga recibió detención domiciliaria.
Ante tal decisión, el abogado optó por la apelación y ahora será un juez en segunda instancia el que verifique lo ocurrido y diga si ratifica la determinación o si quedan libres tras enfrentar el proceso por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
La Opinión trató de contactar al abogado defensor José Ernesto Jaimes Chía para corroborar esta información, pero no respondió a las llamadas.
También se conoció que los suboficiales no tenían ninguna orden de servicio para adelantar ese procedimiento judicial y ante eso, sus comandantes desconocían que se encontraban en esa situación.
Extraoficialmente también se estableció que cuando los policías habrían tratado de informar sobre la incautación de la droga, ya estaban detenidos por los uniformados del cuadrante.
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