Impotencia, consternación y rabia invadieron ayer a la comunidad del barrio Nueva Esperanza, tras conocer la agresión de la que fue víctima Mariela Araque Silva, de 57 años, a quien su propio hijo le habría cortado la nariz y la oreja con un machete.
El estremecedor caso se registró en una vivienda de la calle 6 con avenida 19, de ese sector de Cúcuta, a las 3:30 de la mañana.
“El tipo vive en un colchón al lado de la casa de la señora, porque es consumidor y tiene problemas mentales. No es la primera vez que él la agrede y por eso no vive directamente con ella”, comentó un residente del barrio.
Como todos los días, la mujer madrugó para salir a trabajar, pues es vendedora informal de ensalada de frutas. Según algunas versiones, su hijo le habría tocado la puerta pidiéndole que lo dejara entrar al baño.
“Ella le abrió la puerta y luego fue a la nevera para ofrecerle agua cuando saliera del baño, pero mientras lo hacía, él se le tiró encima para atacarla”, dijo Sebastián Araque, otro de los hijos de la víctima.
Luego, el presunto agresor habría agarrado un machete que estaba en el lugar y le cortó la oreja a su progenitora, mientras le tapaba la boca para que nadie la escuchara.
"Después de la orejita, le mordió la nariz, forcejearon y al final con el mismo machete, también se la cortó", con la voz entrecortada, relató el joven.
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Mientras la mujer se desangraba, el hombre habría alcanzado hasta a beber agua que estaba al interior de la nevera. También, intentó limpiar la sangre que se había derramado en el piso, pero las huellas de la brutal agresión quedaron marcadas por toda la casa.
Algunos vecinos que salían a esa hora a cumplir sus labores, alcanzaron a escuchar que algo pasaba en la vivienda, por lo que decidieron acercarse a intentar abrir la puerta.
"Ellos vieron a la señora Mariela casi que sin aliento y nos alertaron a todos sobre lo que estaba pasando. El tipo ese no sabemos por dónde se voló, pero en ese momento, solo pensábamos en ayudarla", comentó una residente del barrio.
Algunos vecinos trasladaron a la víctima hasta la Unidad Básica de Comuneros, mientras que los otros se quedaron en la casa, buscando las partes que habían sido cortadas.
"Nos pusimos a buscar por todos lados, hasta que se nos dio por revisar en las bolsas de basura y ahí las encontramos, fue algo durísimo porque la oreja tenía el cabello ahí pegado", añadió la mujer.
Ante la gravedad de las heridas en el rostro de Araque Silva, los médicos de turno la trasladaron de urgencia al Hospital Universitario Erasmo Meoz, en donde fue intervenida quirúrgicamente.
Un peligro suelto
La comunidad avisó a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) sobre el caso y, como suele suceder, a pesar de activar un ‘Plan Candado’ para encontrar al presunto agresor, al cierre de esta edición, no fue posible ubicarlo.
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“¿Será que las autoridades están esperando que ocurra una tragedia para actuar? Ahí está el machete, a la casa no ha venido ningún investigador, nadie se ha apersonado del caso, no los vemos moviéndose por toda la ciudad para encontrar a ese tipo”, reclamó otro vecino del sector.
Asimismo, coinciden en que el presunto agresor es un peligro que está suelto porque hace algunos días, se presentó una situación bochornosa en la que el hombre estaría abusando sexualmente de una mascota.
“Nos tocó tirarle piedras, gritarle que era un asqueroso, eso pasó a plena luz del día. ¿Qué sigue? ¿Esperamos que el próximo sea un niño? Un sujeto que es capaz de hacerle eso a su propia madre, puede hacer lo que sea y nadie hace algo al respecto”, concluyó el hombre.
El amor de una madre
Mariela Araque es madre de 3 hijos. Aunque a todos los quiere por igual, siente especial cariño por quien hoy le ha causado tanto dolor. Su amor de madre ha sido más fuerte que los duros golpes que ha recibido.
“Él ya la había agredido antes, la maltrató, por eso no lo dejamos vivir con ella. Todo lo hace cuando yo no estoy cerca y por eso hemos tenido muchos problemas. Es que ella no tiene el corazón para abandonarlo a su suerte”, comentó Sebastián, otro de los hijos de la víctima.
Aseguró que desde que su hermano entró al mundo de las drogas, se convirtió en una persona que la familia desconoce, por eso espera que pague por lo que hizo.
“Me da mucho dolor ver cómo la dejó, no sé qué le pasó por la cabeza, esta vez lo que quería era matarla”, concluyó el joven.
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