La Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) presentó los resultados del proyecto para elaborar un modelo de producción sostenible de la cebolla ocañera.
La investigadora y líder del proyecto, Yanine Rozo, informó que el modelo consta de una caracterización y evaluación, donde se realizaron análisis biofísicos, técnicos y socioeconómicos de los sistemas productivos de cebolla de bulbo, incluyendo la valoración de factores de estrés bióticos y abióticos y la implementación de sistemas de alertas climáticas tempranas.
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La iniciativa beneficiará a 540 productores en ocho municipios: El Carmen, Ocaña, San Calixto, Hacarí, La Playa, Ábrego, Villa Caro y Bucarasica, con un impacto en 1.769 personas.
Rozo dijo que se identificaron y evaluaron diferentes genotipos de cebolla que responden eficientemente al estrés, mediante colecta en campo, donde se caracterizaron genética y morfoagronómicamente en colaboración con productores.
“En cualquier sistema de producción la semilla es el primer eslabón de la cadena productiva. Entonces, una semilla de calidad no solamente nos garantiza buenos rendimientos, también resistencia a plagas y enfermedades, adaptación al clima local y, sobre todo, una sostenibilidad ambiental”, apuntó la investigadora.
Yanine Rozo explicó que pudieron evidenciar cómo la falta de semilla limpia y adaptada ha llevado a pérdida en la productividad y a la dependencia de materiales foráneos que han afectado la economía de estas comunidades.
“El plus que tiene la alianza con el INTA está en obtener semilla botánica. Desde que llegó la cebolla al territorio, siempre se ha multiplicado por bulbos, eso tiene el problema que se da una degeneración del material, problemas fitosanitarios, bajos rendimientos y demás. A pesar de que florecen, nunca se logró que fuera viable. El convenio permite contar con semilla de cebolla cañera y aprovecha la experiencia que ellos tienen en la producción de este material”, resaltó la líder del proyecto.
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El director del Centro de Investigación La Suiza, Diego Alejandro Zárate, resaltó que el propósito principal fue la recuperación y fortalecimiento de la cebolla ocañera como un patrimonio productivo y cultural de la provincia de Ocaña, pero con un reto al que hay se le debe dar solución para proyectar esta cadena hacia el futuro: pensar en disponer y multiplicar las variedades mejoradas de las semillas que sean entregadas.
“Escalar la producción de semilla botánica es muy importante para garantizar la productividad y sostenibilidad de este sistema en el tiempo, así como consolidar una cantidad suficiente de material vegetal para su distribución y multiplicación entre los productores”, agregó Zárate.
El director manifestó que esa será la tarea para una segunda fase, la cual deben tener en cuenta organizaciones, el Ministerio de Agricultura y gremios asociados a la cadena productiva, para garantizar el impacto que necesita la región y contribuya a que esa productividad sea efectiva y cumpla su propósito y llegue directamente al productor.
¿Cómo se desarrolló?
Este esfuerzo contó con la financiación del Sistema General de Regalías (SGR), mediante el fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el trabajo interinstitucional la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña, Asomunicipios, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Gobernación de Norte de Santander, a través de la Secretaría de Agricultura.
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Desde 2022, el proyecto se desarrolló en etapas de investigación, capacitación, implementación y evaluación, para consolidar un modelo sostenible y replicable en la región.
Durante los tres años, se estableció una parcela piloto y un proceso de estructuración de un eslabonamiento productivo asociativo, además de capacitar al talento humano de la región con tecnologías validadas para el manejo eficiente del cultivo.
Se integraron los resultados previos para la selección de genotipos y se elaboraron fichas técnicas, por lo que se consolidó un sistema regional de producción y se realizaron talleres participativos durante 23 meses.
En cuanto al manejo agronómico, se identificaron factores a considerar en la aplicación del riego y la fertilización, concluyendo que el uso de fertilización foliar y sistemas de riego por goteo son la forma más eficiente y adecuada para las condiciones de Ocaña, lo que promueve un uso racional del agua y los insumos.
En el componente fitosanitario se identificaron insectos como trips, moscas minadoras y áfidos, además de nematodos, como Helicotylenchus, Aphelenchoides y Rotylenchulus, y enfermedades como pudrición basal, bacteriana, mancha púrpura y ceniza. Para controlarlos, se recomienda manejo integrado, rotación de cultivos, uso de semillas sanas y aplicación oportuna de fungicidas.
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