El barrio Lleras Restrepo que se destaca en la ciudad por ser la casa del estadio General Santander, vive una mezcla curiosa entre tradición, tensión y la expectativa por el regreso del Cúcuta Deportivo a la Primera División del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor).
Este sector de la ciudad, que actualmente alberga una alta población de adultos mayores, quienes han vivido de cerca los cambios del barrio, como cuando la actual Plaza de Banderas era el complejo deportivo Marino Escobar, donde la comunidad se concentraba para jugar campeonatos, entre empresas e intercolegiados.
El miedo a convertirse en La Merced 2.0
Aunque históricamente, Lleras ha sido casa de talleres de mecánica, que fueron los primeros comercios que se integraron al barrio y transmitieron de generación en generación el conocimiento automotriz, en la actualidad, la comunidad teme que el sector se convierta en un espacio en el que este tipo de talleres crezcan de manera descontrolada y terminen invadiendo el espacio público.
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Claudia Terra, la expresidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), hizo un llamado para que las autoridades le pongan la lupa a la situación antes de que sea más difícil establecer límites. “Le pido a la administración municipal no permitir que en Lleras nos pase lo mismo que en La Merced”, dijo.
Para la exlíder de junta, las ventas informales también es un aspecto a tener en cuenta por las autoridades, a las que instó a hacer una caracterización de estos establecimientos para tener un mejor control, sobre todo cuando hay eventos masivos, en los que se presenta mayor aglomeración.
Expresó que una de las cosas que le preocupa es el hecho de que muchos de estos comercios ambulantes, que en su mayoría sus vendedores provienen de distintos puntos de la ciudad, solamente vienen, hacen su venta y algunos dejan la basura en los lugares que no corresponde, afectando la imagen del barrio.
En relación al próximo año, cuando el Cúcuta Deportivo volverá a disputar la máxima categoría del fútbol colombiano, aseguró que es positivo desde el punto de vista comercial.
No obstante, señaló que desde ya se debe iniciar la planeación de las autoridades para minimizar los riesgos que implican enfrentar a equipos con hinchadas numerosas, como clubes tradicionales de la talla de Atlético Nacional, Millonarios, América de Calí, entre otros.
Todo esto, debido a que considera que en este tipo de encuentros, los habitantes quedan ‘sitiados’ en sus casas.
Asimismo, invitó a los aficionados a tener cordura. “Seamos la hinchada que merece el club de nuestra tierra”, exhortó.
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Las voces del comercio
Fernando García, comerciante de la zona desde hace más de 15 años, aseguró a La Opinión que los duelos deportivos vienen acompañados de un buen movimiento económico. La venta de bebidas, dulces y comidas, repuntan por esos días.
También subrayó que la presencia policial es buena y se optimiza cuando hay eventos, lo que genera una buena percepción de seguridad tanto en propios como en visitantes.
Sin embargo, reconoció que no todo ha sido positivo en el tiempo que lleva con su local.
“Aunque hay presencia de policías, muchas veces se forma el desorden y lo mejor que podemos hacer es cerrar y no arriesgarnos”, manifestó.
De cara al 2026, espera que las ventas aumenten, ya que estima un mayor número de asistentes al estadio.
Por otro lado, propuso que se solucionen las fallas de iluminación del ‘Coloso de Lleras’, para que se puedan disputar compromisos en horario nocturno. “Los partidos de noche generan más ventas, eso ayudaría a generar ganancias en todos los sectores”, apuntó.
El comercio sufre cuando hay disturbios
Ramón Herrera, un cucuteño que circula con frecuencia por las calles de este barrio de la comuna 5, afirmó que espera un comportamiento digno por parte de la hinchada motilona. “El fútbol no debe significar violencia, vestir otra camiseta no debe ser motivo de conflicto”, dijo.
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En este sentido, espera que en el próximo año el comportamiento sea distinto, para que así, los comercios obtengan buenos ingresos y sus ventas no se vayan al suelo como ha sucedido en situaciones que la plaza es sancionada y se debe jugar a puerta cerrada.
Para Claudia Bohórquez, vendedora ambulante que lleva más de 22 años en el sector de la Plaza de Banderas, los mismos integrantes de las barras del Cúcuta, los han acompañado, a pesar de que muchos los vean de manera negativa.
La vendedora tiene buenas expectativas sobre el 2026. Espera que vuelvan esas tradicionales tardes de fútbol dominical en el General Santander.
Bohórquez señaló que aunque les va bien con las ventas, el panorama podría ser mejor.
“Muchas veces al finalizar los partidos, la Policía desaloja a los hinchas que permanecen en la Plaza de Banderas, lo que nos impide vender los productos y genera un ambiente de tensión”, precisó. Sin embargo, reconoció que nunca ha sido víctima de robos, por lo cual la situación de seguridad es buena.
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