A inicios de 1980 un grupo de familias de bajos recursos construyó sus viviendas en un terreno baldío de la ciudadela Juan Atalaya. Las primeras casas construidas con láminas de zinc y material de plástico cimentaron las bases de lo que hoy es el barrio Buenos Aires.
Algunos de los habitantes más antiguos recordaron que al no ser un barrio legalizado, las familias enfrentaban retos para acceder a los servicios públicos. En el caso del agua se desplazaban a una laguna cercana para abastecerse del líquido.
Para la electricidad, la comunidad sacaba energía de los postes de luz que rodeaban la malla del Aeropuerto Internacional Camilo Daza.
Con el pasar de los años siguieron llegando más personas a estos terrenos y a mediados de 1983, la Alcaldía de Cúcuta le otorgó la personería jurídica al sector.
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Seis años después los residentes pudieron acceder de forma oficial a los servicios públicos.
Las entidades municipales también atendieron las necesidades de la población creando canchas de arena y tiempo después el polideportivo en la calle 25.
Lo bueno
Actualmente, habitantes expresaron que una de sus mayores fortalezas es el comercio. Indicaron que debido a la variedad de establecimientos en la calle 25, varias personas llegan desde otros sectores para trabajar allí.
Residentes mencionaron que en ese punto del barrio existen al menos 50 locales. Se conoció que a parte de fomentar el crecimiento económico, los comerciantes se unen cada Navidad para decorar los espacios públicos.
Entre los elementos que instalan los vendedores en el parque de la calle 25, se encuentran guirnaldas, luces y un árbol elaborado con material reciclable. También se pintan los murales de las canchas con figuras alusivas a la fecha y se coloca un pesebre al frente de una de ellas.