A tan sólo mes y medio de inicio del nuevo año, cada día que transcurre se anuncia un nuevo candidato para la alcaldía de Cúcuta. Esta semana anunciaron su aspiración Álvaro Raad, se habla de un viaje relámpago a la ciudad de Jaime Buenahora en ese mismo propósito, y alcanzó a mencionarse la posible aspiración de Camila Villamizar, y hasta de pronto faltan más. Creo que nunca en la historia electoral de la ciudad habían existido tal variedad de candidatos. Por estos días hubo una tertulia de algunos cucuteños en Bogotá en la que el tema fue las elecciones de octubre, encuentro en la que además de lamentar el estado actual de la ciudad, tuve ocasión de recordar alguna frase del libro “Yo, El Alcalde”, de Eduardo Caballero Calderón, alcalde de Tipacoque entre 1969 y 1971, en cuya portada se lee: “Soñar un pueblo, para después gobernarlo”.
Y en lo que va a ser gobernar a Cúcuta a partir del 1º de enero del próximo año, afortunadamente como dice la última frase del himno nacional, “Cesó la horrible noche”, para reconocer como uno de los mayores aciertos de este gobierno, en medio de otros desaciertos, que Petro logró finalmente reabrir la frontera con todo lo que ello nos significó en los últimos 7 años. El expresidente Duque nos hundió en la más desastrosa relación fronteriza en muchos años, y por ello la imagen de los dos presidentes en el puente de Tienditas, cada uno en su territorio, atravesados por una línea divisoria como sucede hoy en día con las dos Coreas, es un mensaje alentador. Aquella frase de “Cesó la horrible noche”, por ahí el 31 de diciembre próximo habrá que repetirla para evitar que en Cúcuta se vuelva a repetir una administración municipal tan desacertada como la actual.
Y vino la pregunta en la tertulia, de los actuales candidatos a la alcaldía y la gobernación, ¿qué sería lo mejor que le podría pasar a la región? Por los lados de la gobernación, alguno de los presentes con una muy buena información a la mano, de primer nivel, alcanzó a señalar que la aspiración de William podría enredarse por un proceso penal en su contra, que podría ser un tema de tiempo, y según su apreciación, no mucho. Podría suceder que antes de octubre judicialmente suceda algo, o incluso peor, en una eventual elección, al poco tiempo de posesionarse. Es decir, ojalá la aspiración de Jaime Marthey tome fuerza, de pronto los tiempos y astros se alinean a su favor.
Y por los lados de la alcaldía, en mi opinión el candidato que tiene una propuesta más seria y más coherente, que ha estudiado los problemas de Cúcuta con rigor es Juan Carlos Bocanegra. Sergio Maldonado ha hecho una buena gestión en su paso por la alcaldía, pero en definitiva no la tiene fácil: arrastrar el lastre de ser el candidato de esta administración seguramente va a tener un costo electoral altísimo. En alguna ocasión hablaba de ese tema con un buen analista y conocedor de los temas de la ciudad, Mario Zambrano, quien le sigue el pulso a la ciudad en “Cúcuta como vamos”, y justo esa era su opinión, un candidato de esta administración no es posible. Hace un par de meses hablaba con el excandidato presidencial Sergio Fajardo sobre temas de la ciudad. De otro lado, si finalmente se decide Jaime Buenahora, cambiaría sustancialmente el panorama. Por su trayectoria y formación sería una aspiración excepcional, mucho de lo que necesita en este momento Cúcuta.
En caso de postularse María Camila Villamizar, su juventud y paso por la Alcaldía de Medellín, harían de su eventual aspiración, además por ser mujer, una interesante candidata. Veo una candidatura sin credibilidad la de Jorge Acevedo. Hace un trabajo serio mi exalumno y amigo Emerson Meneses. Un tema largo en el que debemos soñar para acertar y gobernar. Cúcuta no aguanta otra equivocación electoral.
