Recientemente, y con ocasión de una polémica en las que siempre pierde, el presidente colombiano publicó en su cuenta de X que “José María Melo es el único presidente indígena de Colombia”. Así aparece, también, en varias notas periodísticas en la página de la presidencia de la república, como aquella que recuerda que en la visita a México el 16 de diciembre 2024 los presidentes de ambas naciones, la señora Claudia Sheinbaum Pardo y el nuestro, acuerdan “reactivar la búsqueda de los restos del general José María Melo, único presidente indígena de Colombia y figura clave en la historia común de ambos países”.
En un debate que se suscitó recientemente en el chat de la Academia de Historia del Sinú, el San Jorge y las Sabanas salió a relucir un documento valioso titulado “Precisiones genealógicas para la historia: de Belalcázar al general Melo”, escrito en agosto de 2025 por el ingeniero y genealogista Miguel Wenceslao Quintero Guzmán, donde aclara que “Recientemente, en la arena política del país, se ha hecho referencia al general José María Melo Ortiz, llamándolo «primer presidente indígena de Colombia». No parece ser este el caso.
En este escrito demostraremos que Melo, como la mayoría de los próceres de la independencia con ancestros caucanos, descendía del primer gobernador de la provincia, el conquistador don Sebastián de Belalcázar, fundador de Quito, Cali y Popayán, y que sus componentes indígenas eran menores en proporción a sus componentes ancestrales de inmigrantes europeos. Partiendo de Belalcázar, iremos paso a paso, llevados de la mano por las fuentes primarias, hasta alcanzar la figura de Melo en el siglo XIX”. En su primer pie de página el autor hace esta aclaración: “Para la elaboración de esta relación nos hemos servido como fuente principal de nuestra obra Linajes del Cauca Grande: fuentes para la historia. (Bogotá, Ediciones Uniandes: Puntoaparte, 2013), siete tomos. Hemos conservado las referencias a las fuentes primarias para facilidad de los investigadores”.
Este documento interesante de siete páginas lo colgué en el chat de la Academia de Historia de Norte de Santander y, además, se me ocurre que una investigación similar podríamos adelantar nosotros en nuestro medio, en cuanto a cuestiones genealógicas de algunos próceres desconocidos y otros medianamente conocidos.
El expresidente José María Melo terminó sus días en México, al servicio de Benito Juárez, y fue asesinado en Chiapas el 1 de junio de 1860, a los 59 años de edad. Sus restos no aparecen. Otro expresidente colombiano que corrió la misma suerte, cuatro décadas más tarde y por muerte natural, porque murió en el exilio, fue Santiago Pérez, en París, el 5 de agosto de 1900. Sus restos fueron repatriados en 1952, gracias a los oficios del expresidente Eduardo Santos. De manera que José María Melo Ortíz no fue presidente indígena pero sí es el único expresidente cuyos restos no están en Colombia.
Si nos atenemos a las indagaciones del arqueólogo colombiano Carl Henrik Langebaek, quien manifiesta que “los estudios genéticos revelan un patrón de ascendencia paterna de origen español y materna de origen indígena en la población colombiana contemporánea”, pues debemos concluir que todos los presidentes colombianos tienen ese “patrón de ascendencia materna de origen indígena”.
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