La aparición del Coronavirus ha puesto en mayor evidencia las inequidades que sufre la sociedad colombiana, fruto de las limitaciones propias de un país en desarrollo. Desde el comienzo de la vida independiente han permanecido vigentes las falencias de la educación pública, las vías de comunicación, la vivienda familiar, y muchas etcéteras más.
Con todo, el sistema de salud es uno de los elementos del Estado que mejor comportamiento ha tenido en los últimos años y, pese a las constantes críticas que recibe por hechos desafortunados que inevitablemente ocurren en un universo tan vasto, es comparable con los mejores sistemas de otros países.
En relación con la cobertura de la población colombiana por el sistema general de salud hay que resaltar que desde 1995, cuando era de apenas un 29.21%, se ha pasado a un 97.78% registrado a finales del año 2020. Quiere esto decir que, hoy, casi la totalidad de los habitantes están atendidos por las diferentes entidades que prestan los servicios de salud.
La seguridad social integral garantizada por el sistema cubre la salud, los riesgos de invalidez, vejez y muerte, y los accidentes de trabajo de los empleados. En consecuencia, se puede afirmar que la inmensa mayoría de colombianos cuentan con una amplia protección.
De manera simplificada cabe señalar que la prestación de los servicios de salud tiene en Colombia dos componentes: El contributivo, que es aquel en que se paga la afiliación y la permanencia de los incorporados, y el gratuito que es cubierto por el sistema llamado SISBEN.
SISBEN es el Sistema de Selección de Beneficiarios Para Programas Sociales cuyo objetivo es focalizar el gasto público para garantizar que el gasto social sea asignado a los grupos de población más pobres y vulnerables. Es una entidad del Departamento Nacional de Planeación creada durante el gobierno de Ernesto Samper a la que están afiliados más de 40.5 millones de colombianos que representan un 78% de la población.
La llegada del Coronavirus a Colombia puso a prueba su sistema de salud, y hay que reconocer que su funcionamiento ha sido exitoso. Con una acción integral del gobierno y la colaboración de la academia y el sector privado, se ha podido enfrentar la enfermedad de manera eficiente. Entre otras cosas, fue necesario reforzar las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) con nuevos equipos y capacitación del personal involucrado; y, ahora, desplegar una actividad sistemática para vacunar a la población.
La adquisición, distribución y aplicación de las vacunas ha tomado un ritmo acelerado que ha permitido inmunizar a más de un millón de personas, y ya están en posibilidad de recibir el medicamento los mayores de 60 años.
La tendencia de resaltar solamente los errores y fallas oficiales hace que se divulguen como noticias de primera página los 4 o 5 casos de pérdida de biológicos o de jeringas vacías, bien sea por descuido de los auxiliares o mala fe, y no se registre como hecho notorio el avance en el cubrimiento de ciudades, pequeñas poblaciones y comunidades rurales que ha significado un gran esfuerzo de entidades nacionales y regionales.
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