La posesión del Presidente Biden y la Vicepresidente Harris han tenido unas características extraordinarias, que se pueden puntualizar de la siguiente manera:
1-Joe Biden es el norteamericano de mayor edad que ha asumido la Presidencia de los Estados Unidos, y Kamala Harris es la primera mujer en llegar a la vicepresidencia.
2-Es la única vez que el presidente saliente no asiste a la posesión de su sucesor.
3-Por causa de la pandemia del coronavirus, el acto público de la toma de juramentos no pudo congregar las multitudes como en otras ocasiones, y el protocolo tuvo una sobriedad singular. Por el contrario, su divulgación por los medios de comunicación ha sido la mayor de los últimos tiempos.
4-El ambiente que reinó en la ceremonia era una mezcla de funeral y fiesta, porque se estaba terminando un gobierno provocador e iniciando uno conciliador.
5-Los violentos episodios de la toma del Congreso de la Unión protagonizados por los seguidores del Presidente Trump, todavía repercutían el 20 de enero evidenciados por las extremas medidas de seguridad adoptados por el gobierno para evitar nuevos desmanes.
6-l contraste entre los mensajes serenos y esperanzadores del Presidente Biden y los pendencieros de Donald Trump es el hecho más sobresaliente del discurso presidencial.
La ceremonia se siguió en todo el planeta porque todavía se creía que pudiera ocurrir algún hecho agresivo por parte del presidente saliente, quien abandonó con sus gestos descorteses y desafiantes la dignidad más alta que concede la democracia a un ciudadano. Un respiro de alivio se percibió en la mayoría de las naciones.
Si bien, todos pudimos observar y escuchar lo ocurrido el día de la toma del poder, y formarnos idea exacta de sus implicaciones, varios comentaristas, particularmente los colombianos, tratan de hacer interpretaciones amañadas a los hechos. Particularmente, en torno a las relaciones que tendrá el gobierno de Biden con el colombiano, seguramente deseando que sean accidentadas.
No estoy en capacidad de conocer el proceder del Departamento de Estado en torno a las relaciones internacionales del gobierno estadounidense; ni puedo adivinar cuál será el sentido de las decisiones que adopte el Congreso en cuanto a Colombia se refiere. Pero es perfectamente claro que la insistencia de algunos periodistas nuestros en recalcar que hubo injerencia de algunos políticos del Centro Democrático en las pasadas elecciones presidenciales en favor de los Republicanos, tiene como objeto buscar precisamente enrarecer esas relaciones.
El Presidente Duque, que dirige las relaciones internacionales de Colombia, fue especialmente prudente en ese asunto. Ese es su estilo que tanto le critican. Y si congresistas o políticos intervinieron en uno u otro sentido, es algo que está bajo su responsabilidad. No creo que en Washington se dé tanta importancia a un asunto que, precisamente en ese país de plenas libertades, es de común ocurrencia.
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