El pasado 30 de agosto del presente año, fue hallado el cuerpo sin vida de Valeria Afanador, niña de 10 años, con síndrome de Down, que estuvo desaparecida durante 18 días tras desaparecer del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles Bilingüe, ubicado en Cajicá, Cundinamarca.
El abogado de la institución, Francisco Bernate, hizo una dura confesión sobre este caso. El jurista reconoció que existieron fallas en la actuación de los profesores que estaban a cargo de la menor.
Aunque Bernate manifestó en una entrevista con Noticias Caracol que la institución activó los protocolos establecidos, también admitió que dos docentes deben responder por presuntas omisiones en sus labores de supervisión el día de los hechos.
La tardía reacción del personal del colegio tras desaparición de Valeria Afanador
La cronología de la desaparición, revelada a través de chats internos de los profesores, muestra una demora significativa en la reacción del personal.
Las cámaras de seguridad registraron la salida de Valeria por una cerca viva hacia el sector del río a las 10:10 de la mañana. Sin embargo, la primera alerta en el grupo de mensajería apareció a las 11:14 de la mañana, es decir, 69 minutos después.
En los mensajes divulgados se lee: “¿Alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”. Otros educadores intentaron ubicarla con comentarios como: “Normalmente se va al salón donde Mr. Diego tiene los materiales” o “Ella no llegó a clase de Sound Art… ¿estará cerca al salón de música?”.
El docente que debía recibir a la menor en su clase después del descanso respondió en el chat a las 11:25 de la mañana, casi una hora y cuarto después de haber iniciado su lección.
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Según el relato de Bernate, la maestra que supervisaba a Valeria antes del descanso declaró ante las autoridades que la niña salió corriendo hacia el salón de deportes para buscar un balón y no regresó al aula. Tras el receso, ningún profesor volvió a tener contacto con ella.
Por su parte, el profesor que debía tenerla en su clase posterior al descanso explicó que notó la ausencia de la niña al pasar lista, pero no la reportó de forma inmediata porque, según su versión, tenía poca batería en su teléfono celular. Más tarde, pidió a algunos de los compañeros de Valeria que la buscaran por el colegio.
El abogado del colegio precisó que, con base en esta información, se identificó el incumplimiento de instrucciones por parte de dos educadores. La primera, la profesora que debía estar atenta durante el periodo de la merienda y al regreso de los estudiantes al salón, y el segundo, el docente del área de deportes, quien permitió a la niña el acceso al balón sin permanecer en el lugar para supervisar el juego.
“Aparecen dos profesores que han dado sus explicaciones en el colegio, pero que también deben darlas en los espacios que corresponden”, señaló Bernate al citado medio.
Cuestionamientos a la reacción de los docentes tras desaparición de Valeria Afanador
El representante legal de la familia de Valeria, Julián Quintana, cuestionó duramente la reacción del personal docente. El abogado criticó que la niña estuviera fuera de su clase sin ninguna supervisión y calificó como “grave” que un profesor notara su ausencia y no actuara de inmediato, amparándose en que se le descargó el celular.
Quintana enfatizó que la advertencia sobre la desaparición de la menor solo se produjo al finalizar la clase. “Valeria tenía que estar en su clase y no afuera sin ninguna supervisión”, concluyó. Además, reprochó el hecho de que se enviara a sus propios compañeros, también menores de edad, a buscarla, en lugar de activar un protocolo de búsqueda con personal especializado de la institución.
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