Delta, una aerolínea global estadounidense con 100 años de trayectoria, lleva un cuarto de ese siglo en Colombia, en donde empezó con un vuelo entre Bogotá y Atlanta (EE.UU) y, ahora, opera dos vuelos más bien consolidados.
El gerente de Ventas de la aerolínea para Colombia, Ricardo Garnica, dijo a La Opinión que, de la mano de LATAM Airlines, han podido asegurar la presencia en destinos como Miami y Orlando, que por naturaleza son importantes para el colombiano, sumado a Atlanta; este último permite la conectividad hacia el 80% en donde vive la población de Estados Unidos de una manera eficiente.
Garnica resaltó que la pandemia de COVID-19 cambió la manera de consumir viajes, con un crecimiento en la demanda constante. Además, los picos de temporadas bajas no son tan profundos como antes.
“Cuando se empezó la reactivación, la gente hablaba de un concepto que se llama ‘revenge travel’ (viaje de venganza), que era esas personas que decían: ‘a mí no me vuelve a coger una pandemia encerrado con mis ahorros en el banco’. Entonces, las personas hoy en día invierten más y de una manera más frecuente en experiencias, eso incluye los viajes”, apuntó el representante de Delta.
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Sostuvo que el mercado aéreo colombiano es tan grande y tan importante en la región, el cual permite encontrar todo.
Añadió que, por fortuna, la empresa se enfoca en el cliente corporativo y en los pasajeros que viajan por turismo, “pero que requieren una experiencia completa y no que le estén cobrando por absolutamente todo desde que pone un pie en el aeropuerto”.
“En eso LATAM está alineado con nosotros. Una vez prueba nuestro producto, esperamos que ese cliente, cuando viaje por placer, con su familia, pareja o solo, escoja a Delta y a LATAM para ir a Estados Unidos”, recalcó.
Interés por el biocombustible

El gerente de Ventas de Delta manifestó que hay un interés grande para hacer que la industria aeronáutica reduzca su huella de carbono, porque es una meta de todas las aerolíneas. Por eso, la compañía no es la única que está detrás del combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) que se produce.
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“Lo que nos estamos asegurando es que, si bien no hay SAF para todo el mundo, entre hacer el lobby con el gobierno en Estados Unidos e invitar a la industria corporativa, que tiene muchos viajes y que tienen esa necesidad también de minimizar su huella de carbono; nos juntemos para apoyar a quien fabrica el biocombustible, con el fin aumentar esa capacidad de producción lo más rápido posible”, señaló Ricardo Garnica.
Reconoció que ser sostenible requiere más esfuerzo financiero, porque el SAF es 10 veces más costoso que el combustible fósil.
“Claramente eso es como los paneles solares, cuando salieron eran increíblemente costosos; hora sus precios se han reducido. El efecto va a ser exactamente el mismo, gracias a mejores tecnologías y a que el proceso va a ser más escalable”, concluyó Garnica.
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El dato
Minnesota tendrá una instalación de mezcla SAF, la tercera en los Estados Unidos, que proporcionará el biocombustible a través de un oleoducto existente al aeropuerto internacional de Minneapolis-St. Paul (MSP), el segundo hub más grande de Delta, donde se utilizan 250 millones de galones de combustible anualmente.
El primer centro en su tipo, Minnesota SAF Hub, del cual Delta es miembro principal junto con Greater MSP Partnership, Bank of America, Ecolab y Xcel Energy, se lanzó en agosto de 2023 con el compromiso de implementar una ambiciosa estrategia compartida para descarbonizar agresivamente la industria aérea mediante la escalabilidad de la producción de SAF y la sustitución del combustible de aviación convencional.
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