Organizar el dinero por orden de denominación puede parecer una simple costumbre o una forma práctica de manejar sus finanzas. Sin embargo, desde la psicología, esta conducta podría estar reflejando más que un gusto por el orden. Según expertos, este comportamiento puede estar relacionado con rasgos del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), un padecimiento más común de lo que muchos imaginan.
La Asociación TOC Madrid explica que este trastorno se caracteriza por pensamientos obsesivos acompañados de rituales repetitivos, como acomodar objetos de forma excesiva o sentir ansiedad ante el más mínimo desorden. Es importante aclarar que no todo hábito ordenado implica una patología. Ser meticuloso no es sinónimo de tener TOC; el problema surge cuando esa necesidad de organización interfiere con la calidad de vida.
Entre el perfeccionismo y el TOC
Instituciones como la Mayo Clinic insisten en diferenciar el perfeccionismo del TOC. Mientras el primero puede reflejar un deseo de excelencia, el segundo involucra pensamientos intrusivos difíciles de controlar y comportamientos compulsivos que buscan reducir la ansiedad.
Además, alertan sobre señales que indican cuándo es necesario buscar ayuda profesional. Si usted dedica una cantidad desproporcionada de tiempo a rituales como ordenar dinero, siente malestar si no puede hacerlo, o empieza a afectar sus relaciones, su trabajo o incluso su salud física, podría estar ante una manifestación del trastorno.
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Ordenar el dinero, organizar la casa o tener una rutina definida no es algo negativo. Por el contrario, estas prácticas pueden aportar bienestar, eficiencia y control sobre la vida cotidiana.
El problema aparece cuando el deseo de orden se convierte en una necesidad rígida, que genera ansiedad si no se cumple. Por eso, es importante observar si el comportamiento está siendo funcional o si empieza a limitar la tranquilidad o las relaciones con los demás.
No se trata de dejar de ser ordenado, sino de encontrar un equilibrio saludable. El orden solo se convierte en un problema cuando se impone de forma obsesiva, afectando su vida diaria. Si usted acomoda los billetes, clasifica objetos o sigue ciertas rutinas sin experimentar malestar al romperlas ocasionalmente, no hay de qué preocuparse.
Para evitar que el orden se vuelva extremo, los expertos recomiendan tres acciones sencillas:
- Practique la flexibilidad, permitiéndose pequeños cambios sin culpa.
- Identifique las razones detrás de su necesidad de control.
- Busque espacios de descanso mental, como la meditación o actividades creativas. Su bienestar emocional también necesita orden, pero sin rigidez.
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