Ante la confirmación de dos fugas recientes en centros de reclusión del país y la preocupación por la posible complicidad de funcionarios penitenciarios o externos el ministro de Justicia encargado Andrés Idárraga ordenó a la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero rastrear los movimientos de dinero de guardias y administrativos del Inpec para descartar que hayan recibido pagos irregulares a cambio de permitir la salida de los delincuentes.
El jefe de la cartera de Justicia explicó que la medida busca generar una alerta temprana sobre lo que ocurre al interior de las cárceles, pues considera de la mayor gravedad que personas con un alto nivel de peligrosidad logren burlar los controles de seguridad del Estado. Idárraga detalló que la solicitud a la unidad de inteligencia financiera se hace en coordinación con la dirección del Inpec y tiene un objetivo claro: encontrar cualquier rastro de dinero sospechoso.
El funcionario señaló que la investigación no solo cobijará al personal uniformado y administrativo que trabaja en las prisiones, sino también a las personas que ingresaron como visitantes en los momentos en que ocurrieron las fugas. El Ministro advirtió que, de confirmarse cualquier reporte de operación sospechosa o dinero sin justificar, la información será trasladada de inmediato a la Fiscalía General de la Nación para que se inicien los procesos penales correspondientes.
La drástica medida del Gobierno responde principalmente a los hechos ocurridos el pasado domingo 7 de diciembre de 2025 en la cárcel La Picota de Bogotá. Ese día, Pedro David Nieves Mosquera, un hombre condenado a 28 años de prisión por secuestro extorsivo, se escapó de la estructura tres del penal utilizando una modalidad que las autoridades creían extinta.
El director del Inpec, el mayor retirado Horacio Bustamante, confirmó que el recluso utilizó el método conocido como el "cambiazo". Esta táctica consiste en que un visitante entra legalmente al penal, pero al momento de terminar la visita, se queda dentro de la celda haciéndose pasar por el preso, mientras que el verdadero delincuente sale por la puerta principal como si fuera el visitante. Según Bustamante, esta modalidad no se registraba en los libros del Inpec desde hacía más de 20 años.
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Las alarmas en La Picota solo se encendieron cuando los guardias realizaron el conteo de presos en el pabellón y notaron la ausencia de Nieves Mosquera. Al verificar quién estaba en su lugar, encontraron a otro hombre.
Las primeras investigaciones indicaron que el hombre que se quedó en la cárcel para facilitar la fuga fue identificado como Alexander Marulanda Ríos. Este sujeto ingresó al penal asegurando ser el tío del recluso y así quedó registrado en el sistema de visitas. Sin embargo, tras ser interrogado por las autoridades luego de la fuga, confesó que no tenía ningún vínculo de sangre con el prófugo.
El director de La Picota reconoció que hubo un error humano determinante en la fuga. Explicó que, aunque existen cámaras de seguridad y sistemas de cotejo de huellas dactilares para verificar la identidad de quienes salen de la cárcel, el funcionario encargado de la reseña falló en su labor. El perito, cuya tarea es asegurar que la huella de quien sale corresponda a la del visitante que entró, no detectó la suplantación, lo que permitió que Nieves Mosquera cruzara los filtros de seguridad y ganara la calle.
El visitante que se prestó para el engaño, Alexander Marulanda, permaneció retenido en las instalaciones de La Picota y posteriormente fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación. Las autoridades evalúan imputarle cargos por el delito de favorecimiento de fuga, dado que su participación fue evidente y necesaria para que el plan funcionara. La justicia deberá determinar si actuó con plena intención delictiva.
Mientras tanto, la Policía desplegó un operativo para recapturar a Nieves Mosquera. El Ministro de Justicia insistió en que no quieren que este tipo de situaciones se "naturalicen" o se vuelvan paisaje en el sistema penitenciario colombiano.
El hombre que hoy buscan las autoridades no es un delincuente menor. Pedro David Nieves Mosquera tiene un extenso historial judicial. En 2023, la Fiscalía reportó un episodio insólito: el hombre había recuperado su libertad tras pasar ocho años en la cárcel La Modelo, pero fue capturado nuevamente minutos después de salir, debido a procesos pendientes.
Nieves Mosquera estaba condenado por hechos ocurridos el 19 de junio de aquel año en Sáchica, Boyacá. La investigación probó que participó en el secuestro de una persona que fue llevada mediante engaños a una zona rural. La víctima permaneció retenida contra su voluntad durante nueve horas, tiempo en el cual los delincuentes le exigieron las claves de sus tarjetas bancarias y le robaron una camioneta y otros objetos de valor, sumando un hurto cercano a los 60 millones de pesos.
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