El corregimiento de Filo Gringo, en el municipio de El Tarra (Norte de Santander), fue escenario de un nuevo ataque con drones cargados con explosivos que dejó una persona muerta y al menos tres heridas, entre ellas una mujer mayor.
El hecho, ocurrido el lunes 20 de octubre cerca del puesto de salud del corregimiento, cobró la vida de Ramón Salazar, de 63 años, y dejó herida a su esposa, Rosa García, de 68 años.
De acuerdo con información preliminar, el ataque habría sido perpetrado por integrantes del Frente 33 de las disidencias de las FARC, grupo que opera en la zona del Catatumbo.
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La Defensoría del Pueblo rechazó categóricamente el atentado, señalando que “constituye un ataque contra la población civil a través de un arma no convencional y de efecto indiscriminado”. Además, advirtió que este tipo de acciones violan el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y podrían considerarse crímenes de guerra.
“La población civil no puede seguir siendo víctima de estos ataques. Es deber de los grupos armados respetar el principio de distinción y cesar las hostilidades, especialmente cuando aseguran estar comprometidos con la paz”, manifestó la entidad, que también pidió al Gobierno reforzar la protección en la zona.
Por su parte, la ONU Derechos Humanos Colombia también condenó el ataque a través de un mensaje en la red social X (antes Twitter).