Pese a los avances alcanzados en la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno nacional y el Estado Mayor Central de Bloques y Frentes (EMBF) de las disidencias de las Farc, la consolidación de la Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en el Catatumbo continúa sin materializarse. Así lo confirmó la delegada del Gobierno en la mesa, Gloria Quiceno, al cierre del séptimo ciclo de negociaciones, realizado entre el 17 y el 19 de noviembre en San Vicente del Caguán, Caquetá.
Según Quiceno, la ZUT “sigue siendo una apuesta” de ambas partes y su implementación estaría sujeta a condiciones de seguridad que permitan su viabilidad. La expectativa, indicó, es que pueda concretarse durante los primeros cuatro meses de 2026. La delegada explicó que la complejidad actual del conflicto, marcada por el uso masivo de drones con explosivos y los riesgos para la población civil, ha dificultado la puesta en marcha de este mecanismo, considerado clave dentro de la política de paz total.
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La situación ya había sido advertida por el comisionado de Paz, Otty Patiño, quien a mediados de noviembre expresó optimismo frente a una posible implementación en diciembre, escenario que finalmente no se concretó. No obstante, el último ciclo de diálogos dejó acuerdos orientados a avanzar en transformaciones territoriales y medidas de desescalamiento del conflicto.
Entre los compromisos pactados se encuentra un plan de sustitución de cultivos ilícitos que contempla, en una primera fase, la erradicación de 1.000 hectáreas. También se acordó avanzar en la desvinculación de integrantes del EMBF encargados del cobro de impuestos asociados al narcotráfico y en la creación de condiciones y garantías para la protección de la población civil en las zonas de influencia del proceso.
En relación con la ZUT, se reportaron avances en el desminado del área prevista para su establecimiento, así como en campañas de información y socialización sobre los riesgos de las minas antipersonal dirigidas a las comunidades.
Proyectos productivos y presencia institucional
El séptimo ciclo también ratificó el respaldo a proyectos productivos impulsados por asociaciones campesinas del Catatumbo, enfocados en cultivos como cacao, café y yuca. A estas iniciativas se suma el fortalecimiento del potencial turístico de la región mediante el programa Turismo en Paz, que busca involucrar a jóvenes como líderes de procesos comunitarios.
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Desde la mesa se hizo un llamado a reforzar la presencia institucional, especialmente en la atención de población ubicada en refugios humanitarios. De acuerdo con los testimonios presentados, se señaló la necesidad de mayor intervención de entidades como la Unidad para las Víctimas.
Otros acuerdos del proceso
Entre los acuerdos adicionales se destacan el compromiso de no incorporación de menores de 18 años a las filas del EMBF, el cese de ataques y hostigamientos contra la fuerza pública y la no injerencia en las elecciones de 2026. El documento final también incluye pactos sobre acceso a la tierra, constitución de Zonas de Reserva Campesina, protección ambiental, contención de la tala de bosques y garantías para el libre ejercicio electoral.
El séptimo ciclo contó con el acompañamiento de delegados de Noruega, Irlanda, Suiza y Venezuela como países garantes, así como de la ONU, la MAPP-OEA, la Conferencia Episcopal de Colombia y el Consejo Mundial de Iglesias, en calidad de acompañantes permanentes del proceso.
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