La Agencia Nacional de Tierras (ANT) ha otorgado 401 títulos de propiedad a familias campesinas en el municipio de Sardinata, Norte de Santander, abarcando un total de 2,900 hectáreas.
Esta iniciativa, liderada por el director de la ANT, Juan Felipe Harman Ortiz, se enmarca en el Plan Catatumbo con el objetivo de formalizar la propiedad rural en la región, puesto que la entrega de títulos busca ofrecer una alternativa para la sustitución de cultivos de uso ilícito y reemplazar economías ilegales, promoviendo la construcción de territorios de paz.
De los 401 títulos entregados, 284 corresponden a resoluciones de adjudicación de terrenos baldíos, que suman 2,394 hectáreas y 9,419 m², mientras que los 117 restantes son resoluciones de formalización de propiedad privada, cubriendo 507 hectáreas y 2,802 m².
Estos esfuerzos de formalización y adjudicación también benefician a víctimas de la violencia en Sardinata. Por ello Harman afirmó que la entrega de estos títulos es una apuesta por la paz, la seguridad jurídica y la sustitución de cultivos de uso ilícito, demostrando el avance de la Reforma Agraria en la subregión del Catatumbo.
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Las actividades de la ANT en Sardinata se llevaron a cabo el 21 y 22 de agosto en el Centro de Integración Ciudadana, donde más de 800 ciudadanos participaron activamente en la jornada. Está contó con la presencia de otras entidades, incluyendo la Agencia de Desarrollo Rural, el Banco Agrario, la Dirección de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito y la organización humanitaria Mercy Corps.
Según Lilia María Rodríguez Albarracín, subdirectora de Acceso a Tierras en Zonas Focalizadas, la notificación a los campesinos y campesinas sobre su futura propiedad legal es un énfasis especial en la titulación como una alternativa para reemplazar las economías ilegales y construir paz en la región.
Un beneficiario, Luis René Vargas Ascanio, campesino de la vereda Miraflores, expresó su alegría y esperanza: “Es una gran alegría para nosotros los campesinos recibir un título que por décadas esperábamos. Ahora es una realidad, somos dueños de nuestra tierra y, con estos títulos, podemos acceder a proyectos productivos que da el Gobierno y a créditos en los bancos para fortalecer nuestras cosechas”.