Estamos muy acostumbrados a decir “comida basura”, “tele basura”, y demás cosas que acaban en “basura”, dando a entender que es malo, dañino y que nadie debería consumirlo, menos los niños y/o adolescentes.
¿Un Big Mac? ¿Los videos de ‘La Liendra? ¿La última serie de Netflix o HBO? Lo cierto es que todos en algún momento consumimos “basura”.
¿Pero qué es el contenido basura en redes? Se refiere explícitamente a todo aquello que consumes, ya sea por la boca, vista u oído y que no aporta nada a tu desarrollo, sino todo lo contrario.
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Margarita Peñaloza Durán, docente y coordinadora del programa de Comunicación Social de la Universidad Francisco de Paula Santander, considera que esta clase de material se asocia explícitamente al contenido generado en su mayoría por influenciadores, que consiste en bromas pesadas, retos peligrosos, en actividades que de pronto a la perspectiva de un adulto no resultan tan llamativas.
Cada tipo de contenido, también tiene todo tipo de público
Si usted lo que quiere es entrar a la red para ver algo diferente, para reírse y no estar amarrado a la cotidianidad, se va a encontrar con un amplio catalogo en diferentes formatos, y en todas las redes sociales, desde Facebook, hasta el fenómeno actual de videos, TikTok, con este tipo de publicaciones y con este tipo de información para procrastinar.
La tendencia a que haya mayor demanda en este tipo de contenido y muy poco del educativo es que precisamente este último se construye a partir de una narrativa que lo que pretende es formar, enseñar e ilustrar en elementos particulares, sin embargo “lo educativo viene acompañado de una carga muy pesada, abrumadora y esto se origina desde la escuela, allí no se ve con buenos ojos todo lo que tenga que ver con aprender”, explica Margarita.
Por eso muchas de las apuestas que hacen profesores y personas particulares para abordar diferentes temas de una manera un poco más jocosa, sin dejar de enseñar, se van convirtiendo poco a poco en una “espacio ideal” para el aprendizaje.
A pesar de esto, sigue en tendencia el contenido poco educativo, porque además de ser un material ‘light’ y fácil de digerir, es lo que se entiende como un consumo masivo, es decir que la mayoría de niños niñas, adolescentes y jóvenes en aras de salir de su cotidianidad y hacer parte su grupo social consumen este tipo de información.
¿Contenido basura o consumidores basura?
Hay una constante crítica dirigida hacia los influenciadores y los medios de comunicación. Se les trata de ‘vendidos’ o de hacer ‘contenido basura’, irrespetando así a sus seguidores y lectores o televidentes, respectivamente.
Y para responder a estas afirmaciones, uno de los personajes que recibido esa lluvia de comentarios negativos quiso hablar con razones de peso para continuar haciendo su tipo de contenido.
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Si se habla del enfoque del contenido que Yeferson Cossio comparte en las plataformas digitales, al influenciador le gusta realizarles bromas pesadas a los miembros de su familia, principalmente a su madre y su hermana, Cintia Cossio.
Con el paso del tiempo, este hombre empezó a tener gran reconocimiento y no solo por sus polémicos videos, sus carros lujosos y sus excéntricos gustos, sino también por sus gestos de ayuda con los animales, con habitantes de calle, etc.
Sin embargo, durante los últimos días el paisa quiso dar muestra del impacto que tienen sus contenidos de diferentes temáticas y cómo influyen en la cantidad de ingresos que recibe.
“Para diciembre compré más de 300 regalos para los niños de Pereira y aquí a los niños de la fundación con cáncer. Aquí hubo una inversión aproximada de más de 30 millones de pesos, inversión entre comillas porque estamos hablando supuestamente de trabajo, y vea, a esos 30 millones de pesos, no le hice sino un millón de pesos”, reveló el paisa de 28 años.
Y puso otro ejemplo: “a seis de mis trabajadores les di 6 iPhone, invertí 30 millones de pesos, yo le hice 5 millones a eso. Ahora, invierto 50 mil pesos en pelotas de plástico, las meto en un hueco y hago que se caiga mi hermanita… 25 millones de pesos hice con ese video. Le trasquilo el gato a mi hermanita da 19 millones de pesos”, agregó.
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El influenciador además habló de la importancia de educar a los internautas que ven contenido creado para internet y dijo que el plan de mostrar sus ganancias era educar y no presumir sobre su dinero. “Es con la intensión de educarlos y con el fin de decirles por qué habemos influencers tan idiotas que hacen el contenido que hacen”, señaló.
La invitación con la que cerró fue a que a “ver más allá“ y apreciar cuando un influenciador continúa haciendo labores sociales pues, como es su caso, suele ser “porque les nace” ya que no representan ninguna ganancia.
¿Cómo afecta a los menores esta tendencia?
De acuerdo a un reciente estudio de la organización Corpa Market Intelligence y Kapersky, en promedio un 40% de los menores de 14 años en Latinoamérica utiliza redes sociales sin supervisión de adultos, pudiendo acceder a contenido de violencia, sexo, drogas, y alcohol. El mismo estudio indica que tan solo el 9% de los padres de familia en Colombia toma medidas preventivas para controlar el uso de las redes sociales en sus hijos.
Para la socióloga Sara Rodas Chintagé esta orientación demuestra que el consumo audiovisual que están teniendo los niños y adolescentes en casa, no lo están absorbiendo a través de televisión educativa, sino por medio de las diferentes plataformas digitales, y son estas redes las que van marcando la tendencia de lo que los menores solicitan.
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“La perspectiva se va transformando, por ejemplo las profesiones que generalmente se vislumbraban como un proyecto a futuro, ya sea arquitecto, medico, profesor, ya no se ven en el panorama de los niños y niñas, precisamente porque las narrativas de las redes sociales esta principalmente construida por los influenciadores”, apuntó Rodas.
¿Cómo contrarrestar esta problemática?
Hay medidas que se pueden tomar para alentar el uso responsable de las redes sociales y limitar algunos de sus efectos negativos. Algunos ejemplos son:
- Establecer límites razonables: Hablar con los menores sobre maneras para evitar que los medios sociales interfieran en sus actividades, sueño, comidas o deberes.
- Controlar las cuentas de los niños y/o adolescentes: Informar a su hijo que revisará periódicamente sus cuentas de redes sociales. Esto podría realizar una vez cada semana.
- Explicar lo que no está bien. Desalentar a difundir rumores, los chismes, el hostigamiento o los daños a la reputación ajena, ya sea por Internet o por cualquier medio. Hablar con los adolescentes sobre lo que es apropiado y seguro compartir en las plataformas digitales.
- Alentar el contacto cara a cara con sus amigos. Esto es particularmente importante para los adolescentes vulnerables al trastorno de ansiedad social.
- Hablar sobre los medios sociales. Hablar sobre sus propios hábitos en los medios sociales. Preguntarles a los niños y adolescentes cómo usan los medios sociales y cómo se sienten al respecto.
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