El nombre de Nórida Rodríguez nos traslada a las telenovelas que marcaron un brillante pasado en la televisión colombiana.
‘Pero sigo siendo el rey’, ‘El faraón’, ‘Camelias al desayuno’, ‘Los cuervos’, ‘Lola Calamidades’, ‘Tentaciones’, ‘Señora bonita’, entre otras donde actuó en papeles secundarios y también de protagonista.
La exactriz y ahora gerente de RTVC Sistema de Medios Públicos vino a la Fiesta del Libro de Cúcuta a un conversatorio ‘De la Radiodifusora Nacional de Colombia, a RTVC: hacer nación desde el escenario de los medios públicos’ con Jaime Silva, director de Señal Memoria. También a la presentación del libro ‘Érase una voz’.
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En medio de esa agitada agenda y el abrazador calor de la ciudad hizo un alto para evocar su recorrido como actriz, abogada, gestora cultural y exdirectora, junto con su fallecido esposo Toto Vega, del Festival de Cine Verde.
¿Qué recuerdas de ese viaje, en 1984, cuando de Villavicencio llegas a Bogotá?
Uyyy... recuerdo siempre la falta que me hacía mi familia. Era una niña de provincia. Cumplí 16 años sentada en el escritorio de la facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana.
¿Lo de actriz fue por convicción o accidente?
Quería ser actriz, un poco influenciada por mi tía Alcira Rodríguez. Me atraía ese mundo y pude acompañarla a los estudios, la veía actuar. Me enamoré de ese mundo y me idealicé. Pero mis padres me condicionaron a estudiar ‘una carrera seria’.
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¿Ejerciste la Abogacía?
No litigué, tampoco estuve en ningún cargo público, pero si lo ejercí en el transcurso de mi vida.
¿Qué producción la marcó más?
Creo que ‘Lola Calamidades’ por ser protagonista por primera vez. Ese personaje me permitió que me vieran como una verdadera actriz.
¿Se considera una ‘Señora Bonita’?
Soy vanidosa, tengo que admitirlo, pero cada vez me preocupa menos el tema de la belleza. Creo que cuando uno es joven está más aferrada la belleza, pero a lo largo de la vida uno se da cuenta que hay cosas más importantes y que hay que trascender más allá del físico porque finalmente el físico no es perdurable en el tiempo y como dijo la escritora Susan Sontag: No está mal ser bella, lo que está mal es la obligación de serlo.
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¿Qué tentaciones has tenido en vida?
La de escribir muchas cosas en Twitter y tengo que contenerme.
¿Qué huella dejó su infancia, a propósito de Emma Reyes?
Tuve una infancia muy bonita. Afortunadamente nací en provincia, con unos padres jóvenes, con tres hermanitas, era como un minijardín donde podíamos inventar todos los juegos. Tuve la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza, de bañarme en los ríos, subirme a los árboles. Un niñez libre. Salíamos con mis amigos y regresábamos por las noches y no pasaba nada.
¿Extrañas las tablas?
No. El teatro me encanta, pero me produce demasiado estés. Soy psico rígida y muy ansiosa. Y sufro ataques de ansiedad haciendo teatro.
¿Habías previsto verte detrás de cámaras, como gerente de RTVC?
Nunca. Nunca me imaginé en este rol. Realmente fue una sorpresa cuando recibí la propuesta del presidente (Petro).Es algo que jamás pedí. Simplemente llegó y de repente por esas circunstancias tan particular en mi vida en ese momento, acababa de perder a mi esposo, que no tenía rumbo, nada tenía sentido, decidí escuchar esta nueva señal del destino. Ir por un camino nuevo a ver qué pasaba.
¿Fue una gran decisión?
Sí. Me siento muy satisfecha con el trabajo que hemos empezado hacer. Hay mucho por hacer. Y me produce mucho entusiasmo, el trabajo día a día.
¿Estos tres meses cómo los resume?
Han sido tres meses de un trabajo intenso, un empalme riguroso, de acercamiento a la gente de la entidad, conocer a profundidad cómo funciona RTVC, ver cuáles son las necesidades para empezar a trabajar. Y de proyectarse.
¿Es difícil gestionar para la cultura?
Sí. Es casi imposible. Uno quisiera que la gestión cultural fuera más sencilla. Es complicado.
¿Cómo ha sido ese salto de la televisión en blanco y negro a esta era tecnológica?
Recuerdo que veía televisión en blanco y negro y el control había que cambiar manualmente. Y recuerdo cuando llegó la televisión a color. Siempre he tenido alguna cercanía con esos hechos puntuales de los medios públicos. Siempre me interesó. Hemos visto los cambios, como se han ido transformando los medios, cómo la gente se acerca más y pueden ser creadores de contenido. Siempre he sido obsesiva de la tecnología. Me gusta estar al tanto, me gusta leer y aprender.
¿Qué pasará con el Festival de Cine Verde?
Mi hija Juliana Paniagua, que es una de las cofundadoras del festival se ha encargado de la dirección y está ahora al mando.
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