Jhon Alexander Sánchez López se despertó muy temprano el 19 de noviembre para ir a retirar los restos de sus hijos Didier Farid y Deivinson Jair Sánchez Pérez, de 17 y 15 años, torturados y asesinados en una casa en La Parada, en noviembre de 2017.
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Se puso el traje adecuado para el procedimiento y llegó al cementerio de Villa del Rosario, en medio de lamentos por el abandono por parte del Estado y de las autoridades para avanzar con las investigaciones del macabro crimen de sus dos hijos menores de edad.
“Lo que concluyo de todo esto es que la muerte de mis hijos quedó impune. Si existiera alguna investigación, la Fiscalía y las autoridades se habrían encargado de exhumar los restos de mis hijos”, dijo el adolorido papá.
El dolor sigue intacto. Las frustraciones rodean a esta familia que además de la pérdida de sus seres queridos, ha tenido que soportar continuas amenazas e intimidaciones que la obligaron a huir nuevamente de Villa del Rosario.
Jhon Sánchez calificó como desilusionante que un crimen repudiable como el de sus hijos no tenga la atención necesaria para las instituciones del Estado y que todo parezca normal.
Confiesa que cada vez que llega a Villa del Rosario tiene que vivir con el amargo recuerdo de la violencia contra sus hijos, así como con amenazas de muerte, en las que le advierten que no debe seguir preguntando por los responsables del macabro hecho.
“A mis niños me los envolvieron en bolsas, como si fueran animales. Me habían dicho que las prendas de ellos las tenía la Fiscalía y cuando abrí los ataúdes me di cuenta que no era así”, dijo Sánchez.
Cuatro años después del doble asesinato, los dolientes siguen sin conocer una respuesta que lleve al esclarecimiento de este hecho.
La vida de Jhon Alexander y su esposa, que además, tuvo una crisis nerviosa y depresiva, que por poco le cuesta la vida, transcurre entre la soledad, el dolor y las ganas de salir adelante.
Aunque le siguen pidiendo fuerzas a sus hijos para que les brinden consuelo, saben que deben continuar con sus vidas, sin desconocer que no tuvieron la atención necesaria por parte del Estado.
Sánchez insiste en que a pesar de que sus dos únicos hijos eran trabajadores, que se rebuscaban el dinero vendiendo artesanías en el parque de Villa del Rosario y trabajando como maleteros en la frontera, los asesinaron de manera brutal, torturados, amordazados, amarrados y apuñalados con sevicia en una casa del barrio Centro de La Parada.
La captura
En diciembre de 2017 la Policía Metropolitana de Cúcuta capturó a los integrantes de la banda delincuencial La Frontera, dedicada a cobrar extorsiones y a cometer homicidios en La Parada.
El coronel Javier Barrera, el entonces comandante de la unidad policial, aseguró que esta banda simulaba pertenecer al Ejército de Liberación Nacional (Eln) para generar temor entre los habitantes de la frontera.
A La Frontera se le atribuyó, entre otros crímenes, el asesinato de los hermanos Sánchez Pérez.
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